Ellos comienzan a seguir a Satanás.
1 Entonces él tomó a Adán y a Eva de la mano, y empezó a sacarlos de la cueva.
2 Pero cuando ya estaban llegando a la puerta de la cueva, Elohim, sabía que Satanás había logrado engañarlos y estaba sacándolos de la cueva antes de que se cumplieran los cuarenta días , con el fin de llevarlos a algún lugar lejano para destruirlos.
3 Entonces la Palabra de Elohim, el Señor vino de nuevo y maldijo a Satanás, y lo llevó lejos de ellos.
4 Y Elohim comenzó a hablar con Adán y Eva, diciéndoles: "¿Qué les hizo salir de la cueva, a este lugar?"
5 Y Adán dijo a Elohim: "¿cómo no creer, si un hombre está ante nosotros? Pues cuando estábamos en la cueva, de repente llegó ante nosotros un anciano amable que nos dijo, Yo soy un mensajero de Elohim a ustedes, para que vuelvan al lugar de descanso.
6 Y creíamos, oh Elohim, que él era un mensajero tuyo, y salíamos con él y no sabíamos que no teníamos que ir con él.
7 Entonces Elohim dijo a Adán, "Mira, que es el padre de las malas arte, él fue el que los hizo perder el jardín de las Delicias y cuando vio que Tu y Eva estaban en oración y ayuno y que no iban a salir de la cueva hasta que se cumplieran cuarenta días, decidió poner en práctica sus ideas para que se rompiera el vínculo mutuo y cortar lo que esperábamos de ustedes, luego llevarlos a algún lugar lejano y destruirlos.
8 y como él no podía hacer nada a menos que tomara tu semejanza,
9 se presentó ante ustedes cono la cara semejante a la suya y comenzó a decirles mentiras como si fueran verdades.
10 Pero porque soy misericordioso y soy favorable a ustedes, yo no le he permitido destruirlos y una vez mas me le he llevado lejos.
11 Ahora, pues, oh Adán, toma a Eva y regresen a su cueva, y permanezcan en ella hasta la mañana después de que el cuadragésimo día. Y cuando salgan, vayan hacia la puerta este del jardín. "
12 Entonces Adán y Eva adoraron a Elohim, alabando y bendiciendo su nombre por la liberación que les había llegado y para la liberación que había llegado a ellos de Él. Y regresaron a la cueva. Esto ocurrió en la noche del trigésimo noveno día.
13 Entonces Adán y Eva se pusieron de pie y con una ardiente pasión, oraron a Elohim, oraron toda la noche, hasta la mañana.
14 Entonces dijo Adán a Eva, "Levántate, vamos a ir hacia la puerta este del jardín, como Elohim nos dijo."
15 Hicieron sus oraciones, como estaban acostumbrados a hacer todos los días, y dejaron la cueva para ir a cerca de la puerta este del jardín.
16 Entonces Adán y Eva se pusieron de pie y oraron, y llamaron a Elohim para que los fortaleciera, y para que les envíe algo para satisfacer su hambre.
17 Pero después de que terminaron sus oraciones, eran demasiado débiles para moverse.
18 Luego vino la Palabra de Elohim una vez más, y les dijo: "¡Oh Adán, levántense, vayan y traigan los dos higos que tienen en la cueva, hasta aquí.”
19 Entonces Adán y Eva se levantaron y caminaron hasta que llegaron cerca de la cueva.
Capítulo LXII
Dos árboles frutales.
1 Pero el malvado Satanás tuvo envidia de que Elohim les consolara.
2 Entonces les impidió que entraran a la cueva y arrebatándoles los dos higos, los enterró a las afueras de la cueva, a fin de que Adán y Eva no los encuentren; en su corazón estaba el deseo de destruirlos.
3 Sin embargo, por la misericordia de Elohim, tan pronto como esos dos higos estaban en el terreno, Elohim derrotó a Satanás, anulando su deseo, el de destruir los higos, e hizo que de ellos salieran dos árboles frutales que dieron sombra a la cueva, pues Satanás los había enterrado al oriente de la cueva.
4 A continuación, cuando los dos árboles fueron cultivados, y se confundieron con el sector de las frutas, Satanás agravado en gran manera, llora, y dijo: "Hubiera sido mejor haber abandonado los higos, dejándolos donde estaban, pero ahora, se han convertido en dos árboles frutales, de los cuales, Adán y Eva van a comer toda su vida; y creí que enterrándolos los iba a destruir completamente y que los ocultaría para siempre;
5 pero Elohim ha anulado mi plan y no ha permitido la destrucción de este fruto sagrado y ha hecho notoria mi intensión que tenía en contra de sus siervos, derrotándome.
6 Entonces el Satan se alejó avergonzado porque no había logrado con todos sus planes a destruir a Adán y a Eva.
Capítulo LXIII
La primera alegría de los árboles.
1 Sin embargo, Adán y Eva, ya cerca de la cueva, vieron las dos higueras, cargadas de frutas, que eclipsaban la cueva,
2 Entonces dijo Adán a Eva, "Me parece que hemos venido por camino equivocado, ¿Cuándo hemos visto estos árboles cerca de la cueva?, me parece que el enemigo desea llevarnos por camino equivocado, ¿Habrá otra cueva como esta en la tierra?
3 Sin embargo, Eva, vamos a entrar en la cueva, y encontrar en ella los dos higos; si es así, esta es nuestra cueva, pero si no los encontramos, entonces no es la nuestra
4 Ellos entraron luego a la cueva, y buscaron por las cuatro esquinas, mas no encontraron los higos;
5 Entonces Adán gritó y dijo a Eva, ¡Hemos entrado a la cueva equivocada!, Eva, tal vez estas dos higueras son los dos higos que estaban en la cueva, y Eva respondió: Yo, por mi parte, no sé.
6 A continuación, Adán se puso de pie y oró diciendo: "Oh Elohim, Tú nos dijiste que volviéramos a la cueva, que tomemos los higos y que regresemos a ti;
7 Pero ahora, no los hemos encontrado. ¡Oh! Elohim, ¿has tomado, y sembrado estos dos árboles, o hemos ido camino a la tierra, o el enemigo nos ha vuelto a engañar?, En caso de que sea real, entonces, oh Elohim, revélanos el secreto de estos dos árboles y de estos dos higos".
8 Entonces vino la Palabra de Elohim a Adán, y le dijo: "¡Oh Adán, cuando te envié a buscar los higos, Satanás fue antes que ustedes, tomó los higos y los enterró al este de la cueva, con la intensión de destruirlos, no los sembró para bien.
9 Mas tuve misericordia y mandé que estos árboles crecieran y dieran sombra a la cueva para traerte descanso y para mostrarte mi poder y las maravillas de mis obras.
10 Y también, mostrarte la mezquindad de Satanás, y su mal obrar, por siempre, y desde que salió del jardín, no ha cesado, ni un solo día, haciéndote de algún modo, daño. Pero no he dado poder sobre él. "
11 Y dijo Elohim: "A partir de ahora, oh Adán, se regocijarán por los árboles, tanto tu como Eva y el resto , cuando se sientan cansados, pero no coman ninguno de sus frutos ni vengan cerca de ellos.”
12 Entonces Adán lloró, y dijo: "Oh Elohim, ¿nos o vas a matar de nuevo, o apartarnos de tu rostro y cortar nuestra vida de la faz de la tierra?
13 Oh Elohim, te pido, si existe en estos árboles, ya sea la muerte o algún otro mal, como en el primer tiempo, y ahora que están cerca de nuestra cueva, mejor déjanos morir por el calor, el hambre o la sed.
14 Porque sabemos de tu maravillosa obra, oh Elohim, que son grandes, y que por tu poder puedes llevar a cabo una cosa, como otra, sin que uno de ellos lo deseen. Por tu poder puedes hacer que las rocas se conviertan en árboles, y los árboles, en rocas, si así lo deseas. "
Capítulo LXIV
Adán y Eva participar de la primera comida terrenal.
1 Entonces Elohim miró que Adán tenía resistencia frente al hambre, a la sed y al calor. Elohim así mismo cambió las dos higueras en los dos higos que fueron inicialmente y les dijo a Adán y a Eva: “Cada uno de ustedes puede tomar una parra” y ellos tomaron las parras como les dijo Elohim.
2 Y Él les dijo: "Ahora entren en la cueva y coman los higos, y satisfagan su hambre, o de lo contrario morirán."
3 Así que, como Elohim mandó, entraron en la cueva cerca de la puesta del sol. Y Adán y Eva, puestos de pié, oraron, durante toda la puesta del sol.
4 Luego se sentaron a comer los higos, pero no sabían cómo comer; porque no estaba acostumbrados a comer alimentos terrenales. Tenían miedo de que si ellos comían, su estómago se agobie, su carne se engruese y su corazón se incline a favor de los alimentos terrenales.
5 Sin embargo, mientras estaban sentados así, Elohim, sintió pena por ellos, y les envió su ángel, para que no perezcan de hambre y sed.
6 Y el ángel dijo a Adán y a Eva, "Elohim me ha enviado a decirles que deben comer, porque ya no tienen fuerzas para continuar, pues si no comen van a morir; ahora tienen carne animal y esta carne no puede subsistir sin alimento ni bebida”
7 Entonces Adán y Eva tomaron los higos y comenzaron a comer; y Elohim había puesto en estos un agradable sabor, como una mezcla de pan y sangre.
8 Entonces el ángel dejó a Adán y a Eva, quienes comieron de los higos hasta de Adán y Eva, que comió de los higos hasta quedar satisfechos; luego dejaron hacia un lado lo que sobró, pero Elohim en su amor y poder hizo que los higos estuvieran completos nuevamente, bendiciéndolos.
9 Después de esto Adán y Eva se levantaron, y oraron a Elohim, con un corazón alegre y con renovada fuerza, y se regocijaron y alabaron por la abundancia de toda esa noche. Y este fue el final de los ochenta y tres días.
Capítulo LXV
Adán y Eva adquieren órganos digestivos. Ya no hay esperanza de volver al Jardín.
1 Y cuando era ya de día, se levantaron y oraron, como era su costumbre, y luego salieron de la cueva.
2 Sin embargo, se enfermaron por causa de los alimentos que habían comido, porque no estaban acostumbrados y se dijeron uno al otro:
3 "Esto nos ha pasado por comer, ahora sentimos este gran dolor. Estamos en la miseria y vamos a morir; habría sido mucho mejor haber muerto por mantener puros nuestros cuerpos, que morir habiéndolos manchado con la comida. "
4 Entonces dijo Adán a Eva, "Este dolor no venía a nosotros en el jardín, ni tampoco comíamos alimentos tan malos. ¿Crees, Eva, que Elohim nos haya mandado esta plaga a través de los alimentos, para que nuestras vísceras salgan, o esto significa que Elohim nos va a matar con este dolor antes de que cumpla su promesa con nosotros? "
5 Luego, Adán suplicó al Señor y le dijo: "Oh Señor, no nos hagas perecer a través de los alimentos que hemos comido. Oh Señor, no nos castigues, trátanos de acuerdo a tu gran misericordia, y no nos abandones hasta el día de la promesa que nos has hecho."
6 Entonces Elohim los miró, y les mostró el comer un alimento a la vez, tal cual se hace hasta el día de hoy, para que no perezcan.
7 Entonces Adán y Eva regresaron de nuevo en la cueva, estando tristes y llorando debido a la alteración que sufrieron sus cuerpos. Y ambos sabían desde esa hora que eran seres alterados y que toda esperanza de volver al jardín ahora estaba perdida, y que no podían entrar en él.
8 Ahora sus cuerpos cumplían funciones extrañas para ellos y entendieron que toda carne necesita de los alimentos y de las bebidas para subsistir y que ya no podían entrar al jardín.
9 Entonces dijo Adán a Eva, "He aquí, nuestra esperanza está ahora perdida, y también lo está nuestra confianza para entrar en el jardín. Ya no pertenecemos a los habitantes del jardín, pues a partir de ahora somos de la tierra y el polvo, y de los habitantes de la tierra. No vamos a volver al jardín, hasta el día en que Elohim ha prometido salvarnos, y para traernos de nuevo en el jardín, como Él nos prometió. "
10 Luego oró a Elohim que Él tenga misericordia de ellos, tras lo cual, su mente se inquietaba, sus corazones se rompieron, y su anhelo era enfriado y eran como extraños en la tierra. Esa noche Adán y Eva pasaron en la cueva, donde durmieron en gran medida a causa de los alimentos que habían comido.
Capítulo LXVI
Adán hace su primer día de trabajo.
1 Cuando era de mañana, el día después de haber comido los alimentos, Adán y Eva oraron en la gruta, y Adán dijo a Eva, "Mira, hemos pedido los alimentos a Elohim, y Él nos lo dio. Vayamos ahora y pidamos que también nos de un poco de agua”
2 Entonces se levantaron, y se dirigieron a la orilla del arroyo de agua, que estaba en la frontera sur del jardín, en el que se habían tirado antes. Y fue a la orilla, y oró a Elohim para que les mande a beber del agua.
3 Entonces la Palabra de Elohim vino a Adán, y le dijo: "¡Oh Adán, su cuerpo se ha convertido en un cuerpo brutal, y necesita agua para beber. Toma del agua y bebe y luego alaba y da gracias”
4 Adán y Eva se trasladaron hasta al arroyo y bebieron de ella, hasta que su cuerpo se sintió refrescado. Después de haber bebido, alabaron a Elohim, y luego regresaron a su cueva, como era ya su antigua costumbre. Esto sucedió al final de los ochenta y tres días.
5 Luego, en los ochenta y cuarto día, se llevaron los dos higos y los colgaron en la cueva, junto con las hojas, y era para ellos un signo y una bendición de Elohim. Y los pusieron allí para que si sus descendientes llegaran allí, vieran las cosas maravillosas que Elohim había hecho para ellos.
6 Entonces Adán y Eva estando de nuevo fuera de la cueva, pidieron a Elohim que les muestre algo de comida con la que podría nutrir su cuerpo.
7 Entonces la Palabra de Elohim se acercó y les dijo: "¡Oh Adán, vayan hasta el oeste de la cueva, hasta llegar a una zona oscura de la tierra, y allí encontrarán alimentos."
8 Y Adán obedeció a la Palabra de Elohim, y tomó a Eva, y bajaron a la tierra oscura, y allí encontraron trigo * creciente y maduro, e higos para comer, y Adán se alegró por ello.
9 Entonces la Palabra de Elohim vino de nuevo a Adán, y le dijo: "Toma una parte de este trigo y hagan con el algunos panes para que nutran sus cuerpos. Y dio Elohim sabiduría al corazón de ellos para que elaboraran con el maíz, los panes.
10 Adán sacó el trigo hasta quedar débil y cansado, luego regresó a la cueva muy regocijado con lo que había aprendido con el trigo para lograr hacer pan.
* En este libro, los términos «maíz» y «trigo» se emplean indistintamente. La referencia es, posiblemente, que sirve para indicar un tipo de grano parecido a la antigüedad egipcia El maíz también conocido como Durra. Durra es un trigo-como cereal de grano cultivado con frecuencia en regiones áridas como Egipto.
Capítulo LXVII
Satanás intenta llevar por mal camino a Adán y a Eva
1 Cuando Adán y Eva bajaron a la tierra del barro negro y llegaron cerca del trigo, que Elohim les había mostrado y vieron que estaba maduro y listo para cosechar, lo empezaron arrancar con la mano, pues no tenían una hoz con que hacerlo, y así lo hicieron hasta que acabaron ded tomar lo que necesitaban.
2 Luego de haber apilado en un montón, estaban tan cansados que desfallecían por el calor y por la sed que tenían y fueron y se recostaron a la sombra de un árbol, donde la brisa fresca los relajó hasta quedar dormidos.
3 Pero Satanás vio lo que Adán y Eva había hecho. Y llamó a sus anfitriones, y les dijo: "Puesto que Elohim ha mostrado a Adán y a Eva todo acerca de este trigo, que les sirve para fortalecer sus cuerpos, nosotros vamos a hacerles el trabajo mas difícil, ellos han hecho una pila de trigo y estando cansados por el trabajo duro, se han quedado dormidos, vengan, vamos a incendiar el maíz para que se queme todo y vaciemos por tierra esa botella de agua que tienen para que no tengan con que calmar su sed y así mueran por hambre y por sed
4 Entonces, cuando despierten de su sueño, y traten de regresar a la cueva, vamos a llegar a ellos en el camino, y los llevaremos por otro camino distinto; a fin de que mueran de hambre y sed; y así tal vez logremos que nieguen a Elohim y El los destruya; así nos vamos a deshacer de ellos "
5 Entonces Satanás y sus anfitriones prenden fuego al trigo y lo quemaron.
6 Pero cuando Adán y Eva sintieron el calor del fuego, se despertaron y vieron que su trigo estaba quemándose y que la botella de agua estaba derramada por el suelo,
7 Y lloraron y se dirigieron de nuevo a la cueva.
8 Pero a medida que se iban hasta por debajo de la montaña, Satanás y sus anfitriones se reunieron en forma de ángeles, alabando a Elohim.
9 Entonces Satanás dijo a Adán, "Adán, ¿por qué estás tan dolido con el hambre y las sed?, me parece que Satanás les ha quemado el trigo” y Adán responde: “Si”
10 De nuevo Satanás dijo a Adán, "Vuelve con nosotros, somos ángeles de Elohim. Elohim nos ha enviado a ustedes, para que les mostremos otro campo de maíz, mucho mejor que este y también una fuente de agua muy buena, con muchos árboles, mucho mejor que el Satanás ha consumido”
11 Adán pensando que era cierto y que realmente eran ángeles de Elohim, los siguió
12 Entonces siguió a Satanás por el mal camino, durante ocho días, hasta que fatigado, hambrientos y sedientos cayeron a tierra como muertos, y luego Satanás huyó con sus anfitriones.
Capítulo LXVIII
Adán y Eva establecen la costumbre de culto a Elohim.
1 Entonces Elohim miró a Adán y a Eva, y vio como Satanás los había engañado hasta el punto de casi matarlos.
2 Y envió su Palabra, y levantó a Adán y a Eva de su estado de muerte.
3 Luego, Adán, cuando estuvo ya de pie, dijo, Oh Elohim, ¿Por qué nos haces perecer, enviando tus ángeles para que quemen el trigo y viertan el cubo de agua?, si esto es de ti, quítanos el alma pero no nos castigues
4 Entonces Elohim dijo a Adán: "Yo no he mandado a quemar el trigo y no he hecho verter el cubo de agua y no he enviado a mis ángeles para que te desvíen del camino.
5 Fue Satanás, su maestro, el que lo hizo; él, a quien ustedes se han sometido y por quien dejaron mi mandamiento; él es quien ha quemado el maíz y derramado el agua y los ha llevado en un camino equivocado; y todas las promesas que les ha hecho, son solo un truco, un engaño y una mentira.
6 Pero ahora, oh Adán, yo haré buenas obras para ustedes”
7 Y Elohim le dijo a sus ángeles que tomaran a Adán y a Eva, y los llevaran al campo de trigo y que lo encuentren como era antes y también el cubo, lleno del agua.
8 Y allí vio un árbol, y encontraron en ella maná sólido, lleno por el poder de Elohim. Y los ángeles les mandaron que comiesen del maná, por cuanto estaban hambrientos.
9 Y Elohim amonestó a Satanás y lo maldijo, prohibiéndole venir nuevamente al campo y destruirlo.
10 Entonces Adán y Eva tomaron del maíz, e hicieron con ella una ofrenda, en la montaña, donde habían hecho su primera ofrenda de sangre.
11 Y ellos ofrecieron esta ofrenda de nuevo en el altar que había construido en un principio. Y se pusieron de pie y oraron, y en súplica, dijeron al Señor: “Oh Señor, cuando estábamos en el jardín, nuestras alabanzas eran como esta ofrenda y nuestra inocencia como el incienso que te agrada; pero ahora, Oh Señor acepta esta ofrenda de nosotros y no nos prives de tu misericordia” "
12 Entonces Elohim dijo a Adán y a Eva, "Desde el momento que han hecho esta ofrenda y me la han ofrecido, yo he prometido a mí mismo que me haré carne y que cuando baje a la tierra te salvaré y el sacrificio se hará en forma continua en un altar para el perdón y la misericordia, para dar a todos aquellos que participan de el”
13 Y Elohim envió un brillante fuego sobre la ofrenda de Adán y Eva, y la completó con brillo, la gracia y la luz, y el Espíritu Santo descendió sobre la ofrenda.
14 Entonces Elohim mandó un ángel a tomar fuego, con pinzas, como si fuera una cuchara, y con ella tomó de la ofrenda y se la llevó a Adán y a Eva; así lo hizo el ángel, tal como Elohim se lo había mandado.
15 Y cuando recibieron de la ofrenda, las almas de Adán y Eva se iluminaron, y sus corazones estaban llenos de gozo y alegría y de las alabanzas de Elohim.
16 Y Elohim dijo a Adán: "Esta será una costumbre, y cuando la aflicción y el dolor venga sobre ustedes, háganlo. Pero su liberación y su entrada al jardín, no será hasta que se cumplan los días ya acordados entre ustedes y yo, y si no fuere así, yo por mi misericordia y mi piedad sobre ustedes, haría que regresen al jardín, debido a la ofrenda que acaban de hacer en mi nombre”
17 Adán, al escuchar esto del mismo Elohim, se regocijó, y él y Eva adoraron ante el altar, al que cedieron, y luego volvieron a la Cueva de los Tesoros.
18 Y esto tuvo lugar al final del duodécimo día después del octogésimo día, a partir del momento que Adán y Eva salieron del jardín.
19 Y se pasaron de pie toda la noche hasta la mañana rezando, y luego salieron de la cueva.
20 Entonces dijo Adán a Eva, con alegría de corazón, porque la ofrenda que habían hecho a Elohim, había sido aceptada; “ Vamos a hacer esto tres veces a la semana, el día miércoles, que es el cuarto de la semana, entre el Viernes y el Sábado y el día Domingo, todos los días de nuestra vida”
21 Y por el acuerdo que Adán y Eva tomaron entre sí, Elohim se sintió complacido.
22 Después de esto, vino la Palabra de Elohim a Adán, y dijo: "¡Oh Adán, estos días que han determinado para las ofrendas, son los día que vienen sufrimientos sobre mi, cuando esté el la carne, el día Miércoles y el día de la preparación para el Viernes.
23 Pero en cuanto al primer día, es el día en que he creado todas las cosas, y he puesto los cielos. Y una vez más, a través de mi, voy a crear alegría y criaré en alto a todos los que creen en Mi, Oh Adán, ofrece esta ofrenda todos los día de tu vida”
24 Entonces Elohim retira Su Palabra de Adán.
25 Y Adán siguió ofreciendo la ofrenda, cada semana, tres veces, hasta el final de siete semanas. Y el primer día, que es el quincuagésimo, Adán hizo una ofrenda como él estaba acostumbrado, y él y Eva llegaron al altar ante Elohim, como Él les había enseñado.
Capítulo LXIX
Duodécima aparición de Satanás a Adán y a Eva.
1 Entonces Satanás, que odia a todos los buenos, envidió a Adán por su ofrenda, puesto que a través de ella halló el favor de Elohim, y se apresuró y tomó una fuerte piedra entra las piedras de hierro fuerte, y tomando la forma de un hombre se puso entre Adán y Eva.
2 Adán fue entonces para hacer su ofrenda sobre el altar y comenzó a orar levantando sus manos ante Elohim
3 Entonces Satanás se apresuró y con la fuerte piedra de fierro que tenía golpeó el lado derecho de Adán, perforándolo, del cual fluía sangre y agua, entonces Adán cayó sobre el altar como un cadáver, y Satanás huyó.
4 Luego vino Eva y tomó a Adán y lo puso debajo del altar y se quedó junto a él, llorando, mientras la sangre de Adán fluía al lado de la ofrenda.
5 Y Elohim miró que Adán moría y envió con su palabra que se pusiese de pie y termine de entregar su ofrenda porque no tiene deficiencia y es de sumo valor.
6 Elohim dijo además a Adán: “Así también me va a suceder cuando baje a la tierra, cuando sea traspasado, pues de mi costado va a salir sangre y agua siendo mi cuerpo ejecutado y ofrecido sobre el altar como la ofrenda perfecta y verdadera. "
7 Entonces Elohim mandó a Adán terminar su ofrenda, y cuando había terminado, le rindieron culto a Elohim y le alabaron por las señales que les había mostrado.
8 Y Elohim curó a Adán en un día, el final de las siete semanas, y que es el quincuagésimo día.
9 Entonces Adán y Eva regresaron de la montaña, y entraron en la Cueva de los Tesoros, tal y como estaban acostumbrados a hacer. Con esto eran ya ciento cuarenta días en que Adán y Eva habían salido del jardín.
10 Durante esa noche, Adán y Eva estuvieron de pie orando al Señor y cuando era ya de mañana, salieron y bajaron hacia el lado oeste de la cueva, al lugar donde estaba su maíz y allí descansaron bajo la sombra de un árbol, como ya estaban acostumbrados
11 Pero Satanás haciendo uso de su maldad, quería librar una guerra contra Adán a través del matrimonio y una multitud de animales vinieron a su alrededor.
Capítulo LXX
Decimotercera aparición de Satanás, para engañar a Adán en casarse con Eva.
1 Después de esto, Satanás, que odia a todos los buenos, tomó la forma de un ángel, y con él otros dos, de manera que se parecían a los tres ángeles que había traído a Adán, oro, incienso y mirra.
2 Se presentó ante Adán y Eva mientras estaban recostados bajo la sombra del árbol y los saludó engañosamente con palabras aparentemente justas.
3 Y cuando Adán vio su agradable expresión, y escuchó su dulce voz, se levantó, les dio la bienvenida y los trajo a donde Eva y permanecieron todos juntos; y el corazón de Adán se alegró porque pensó que estos eran los mismos ángeles que les trajeron el oro, el incienso y la mirra.
4 Porque, cuando llegaron a Adán por primera vez, trajeron con ellos paz y alegría y también las tres señales, por esto es que Adán creyó que con esta segunda vez traerían otras señales para regocijarse; pero él no sabía, que era Satanás y los recibió con alegría
5 Luego, Satanás, el más alto de ellos, dijo: "Regocíjense, oh Adán, y alégrense, Miren, Elohim nos ha enviado para decirte algo.
6 Y dijo Adán, "¿Qué es?" Entonces Satanás respondió: "Es una cosa simple, sin embargo, es la Palabra de Elohim, que aceptes lo que te digamos y lo hagas, Pero si no lo aceptas, vamos a volver a Elohim, y le diremos que no quisiste obedecer a su mandato.”
7 Y Satanás le dijo a Adán de nuevo, "No tengas miedo y no tiembles, ya nos conoces"
8 Y Adán dijo: "Yo no los conozco"
9 Entonces el Satan le dijo: "Yo soy el ángel que te trajo el oro, y te llevé a la cueva, este otro ángel es el que te trajo incienso, y ese tercer ángel, es el que te trajo la mirra, cuando estabas en la cima de la montaña, y que los llevé a la cueva.
10 Pero en cuanto a los otros ángeles, que aparecieron en la cueva, Elohim no los ha enviado con nosotros en este momento, porque él nos dijo, Ustedes serán suficientes "
11 Así que cuando Adán escuchó estas palabras, a su juicio pensó que estos ángeles hablaban la palabra de Elohim, por lo tanto podrían disfrutar.
12 Y el Satan le dijo: "Jura, y te prometo que recibirás."
13 Y Adán dijo: "No sé cómo juran y prometer".
14 Y el Satan le dijo: "Mantén tu parte, y ponla dentro de mi mano."
15 Entonces Adán se celebró en su mano, y la puso en manos de Satanás, cuando Satanás le dijo: "Repite, ahora Tan cierto como que Elohim es vida, es la razón y por su palabra creó las estrellas en los cielos y estableció el terreno seco sobre las aguas y me ha creado fuera de los cuatro elementos* y del polvo de la tierra, digo que no romperé mi promesa, ni renunciaré a mi palabra”
16 Y Adán juró así.
17 Entonces el Satan le dijo: "Mira, ahora es ya un buen tiempo desde que salieron del jardín, y no sabes nada sobre la maldad. Pero ahora Elohim te dice que poseas a Eva, puesto que ella salió de tu costado, y debes unirte a ella y tener hijos, para su comodidad y para evitar problemas y dolor, mas esto en realidad no es difícil para ti, ni debe causarte escándalo”
* Véase la nota anterior en el capítulo XXXIV en relación con el «cuatro elementos».
Capítulo LXXI
Adán está preocupado por la idea de unirse a Eva.
1 Sin embargo, cuando Adán escuchó estas palabras de Satanás, se sintió apesadumbrado debido al juramento que hizo y de su problema y dijo: ¿Puedo yo cometer adulterio con mi propia carne y mis propios huesos y pecaré contra mí mismo para destruirme y así Elohim me eche de la faz de la tierra?
2 Si en un primer momento, que comí del árbol, él me sacó del jardín y me trajo a esta tierra, privándome de mi naturaleza brillante y trajo la muerte sobre mí; entonces al hacer esto, El me cortará de la tierra y me enviará al sheol y me llenará de plagas por mucho tiempo.
3 Pero Elohim nunca nos ha hablado de estas palabras que ustedes nos han dicho, pues ustedes no son ángeles de Elohim y él no los ha enviado; ustedes son demonios y han bajado y presentado delante de nosotros con una falsa apariencia. ¡Lejos de aquí, malditos de Elohim!
4 Entonces los demonios huyeron de delante de Adán. Y él y Eva se levantaron y regresaron a la Cueva de los Tesoros, y entraron en ella.
5 Entonces dijo Adán a Eva, "Viste lo que hice, no se lo digas a nadie,. Porque yo he pecado contra Elohim en juramento, tomando su nombre y en puesto mi mano otra vez más con Satanás”. Eva, entonces celebró su paz, como le dijo Adán.
6 Luego Adán se levantó, y levantó sus manos ante Elohim y avergonzado y deprimido y con lágrimas le pidió perdón por lo que había hecho. Y así se mantuvo Adán, de pie, orando durante cuarenta días y cuarenta noches y no comía, ni bebía hasta que su cuerpo agotándose cayó al suelo por el hambre y la sed.
7 Entonces Elohim enviando Su Palabra a Adán, hizo que se levantara y le dijo: ¡Oh Adán! ¿Por qué haz jurado por mi nombre y haz hecho este acuerdo con Satanás por segunda vez?
8 Y Adán lloró y dijo: “Oh mi Elohim, perdóname, fue un acto involuntario, pues creí que eran ángeles tuyos”
9 Y Elohim perdonó a Adán, diciéndole, "Tengan cuidado de Satanás."
10 Y retiró Su Palabra de Adán.
11 Entonces el corazón de Adán fue confortado, y tomando a Eva, salieron de la cueva, para preparar algo de comida para sus cuerpos.
12 Y a partir de ese día, Adán luchaba en su mente acerca del unirse a Eva y temía hacerlo, pues no quería que Elohim se enoje con él.
13 Adán y Eva fueron al río de agua, y se sentaron en el banco, como la gente hace cuando disfrutan del momento.
14 Y Satanás se puso celoso de ellos, y pensó un nuevo plan para destruirlos.
Capítulo LXXII
Satanás aparece como doncellas hermosas.
1 Entonces Satanás, y diez de sus anfitriones, se transformaron en doncellas; que por gracia eran diferentes a los demás del mundo.
2 Vinieron hasta del río en presencia de Adán y Eva, y ellos se dijeron entre sí: "Ven, vamos a ver las caras de Adán y Eva, que son de los hombres sobre la tierra. Bellos como son y tan diferentes al aspecto de nuestras propias caras. Luego vinieron a Adán y Eva, y saludándolos les hacán estas preguntas.
3 Adán y Eva mirándolos, también, se preguntaban por su belleza, y dijeron: "¿Existe, entonces, así como nosotros, otro mundo con criaturas tan hermosas como ustedes?
4 Y las doncellas dijeron a Adán y a Eva, "Sí, de hecho, somos una abundante creación."
5 Luego Adán les dijo: "Pero, ¿cómo se multiplican?"
6 Y ellos le contestaron: "tenemos maridos que se han unido a nosotras y tenemos niños, que crecen y que a su vez se unen entre sí y vamos aumentando en número; pero creemos Adán, que no nos creen, les mostraremos a nuestros maridos e hijos.”
7 Entonces ellos gritaron al otro lado del río, como si estuvieran llamando a sus maridos y sus hijos, y vinieron desde el río, los hombres y los niños, y todos los hombres llegaron a su esposa, sus hijos estaban con ellos.
8 Y cuando Adán y Eva vieron a todos ellos, quedaron mudos, solo pensando dentro de sí mismos.
9 Luego dijeron a Adán y a Eva, "Vean a todos nuestros maridos y nuestros hijos, Adán tú debes unirte a Eva, como ya nosotros lo hemos hecho y así tendrán niños, como nosotros tenemos.” Esto era tan solo un plan malévolo de Satanás para engañar a Adán.
10 Satanás también pensaba dentro de sí mismo, "Si Elohim mandó a Adán primero que no comiese del fruto del árbol porque si no moriría sin embargo Adán comió y Elohim no lo mató, sino que solamente decretó su muerte y las plagas y los juicios, hasta el día que salga de su cuerpo,
11 ahora, entonces, si cae en el engaño, haciéndome caso otra vez y se une a Eva sin el permiso de Elohim, entonces Elohim lo matará definitivamente.”
12 Por lo tanto, Satanás trabajó duro por esta aparición ante Adán y Eva, porque él quería matarlo, y hacer que desapareciera de la faz de la tierra.
13 Mientras tanto el fuego del pecado entró en Adán, y él pensó en cometerlo. Pero él mismo se sujetó, temiendo que si él seguía este consejo de Satanás, Elohim lo mataría.
14 Entonces Adán y Eva se levantaron, y oraron a Elohim, mientras que Satanás y sus anfitriones cayeron en el río, en presencia de Adán y Eva; y les dejaron regresando a su propio mundo.
15 Entonces Adán y Eva volvieron a la Cueva de los Tesoros, y como estaba ya cerca la noche, llegaron como era su costumbre, a tiempo.
16 Y los dos se levantaron y oraron a Elohim esa noche. Adán se mantuvo de pie en oración, aún sin saber cómo orar, por la razón de los pensamientos que en su corazón estaban acerca de su unión con Eva, y continuó hasta mañana.
17 Y cuando la luz surgió, dijo Adán a Eva, "Levántate, vamos a ir por debajo de la montaña, a donde nos dieron el oro, y vamos a pedir al Señor en relación con esta cuestión."
18 Luego Eva dijo: "¿Qué asunto es ese, Adán?"
19 Y él respondió a ella, "Eso, de pedirle a Elohim que me permita unirme a ti, porque no lo voy a hacer sin su permiso, o si no él nos hará perecer, a ti y a mí. Los demonios, con sus apariciones pecaminosas, han fijado en mi corazón el fuego del pecado
20 Entonces dijo Eva a Adán, "¿Por qué es necesario que vayamos abajo de la montaña? ¡Levantémonos en oración aquí mismo en la cueva y Elohim nos dirá si nos es permitido esto que pedimos o no! "
21 Adán, entonces se levantó en oración y dijo: "Oh Elohim, tu sabes que hemos transgredido en contra tuya, y desde el momento que transgredimos fuimos despojados de nuestra brillante apariencia y nuestro cuerpo se volvió en brutal, requiriendo de alimento y bebida, como el animal desea.
22 Venimos ante ti, oh Elohim, porque no queremos hacer nada sin tu permiso, porque tenemos temor de ti, de que nos vayas a destruir, porque si hacemos sin tu permiso lo que Satanás nos dijo, tu nos harás perecer;
23 por eso, entonces Señor, toma nuestras almas de nosotros, y haznos libres de esta animal lujuria. Y si no, sepáranos el uno del otro, para estar lejos de los demás
24 Por otra parte, Oh Elohim, si nos separas el uno del otro, los demonios nos van a engañar con sus apariciones que se asemejan a nosotros, y destruirán nuestros corazones y nuestros pensamientos queriendo ir a donde los demás. Sin embargo, si cada uno de nosotros no vamos hacia los demás, los demonios vendrán a nosotros en apariciones según nuestra semejanza y nos tentarán constantemente. Aquí Adán terminó su oración.
Capítulo LXXIII
El matrimonio de Adán y Eva.
1 Y Elohim consideró las palabras de Adán y vió que era cierto lo que pasaría por aceptar el consejo de Satanás.
2 Y Elohim aprobó ,o que Adán había pensado sobre este asunto y la oración que había ofrecido en su presencia y su palabra vino y le dijo: “¡Oh Adán, si hubieses tenido esta misma precaución antes de que salieras del jardín
3 Después de eso, Elohim envió a su ángel, el que había traído el oro, y al ángel que había traído incienso, y al ángel que había traído la mirra a Adán, a que le informen respecto a su matrimonio con Eva.
4 Entonces los ángeles dijeron a Adán, "Toma el oro y dáselo a Eva como un regalo de bodas, y la promesa de casarte con ella, entonces, dale como regalo algo de incienso y de mirra, como muestra que ambos serán una sola carne”
5 Adán obedeció a los ángeles, y tomó el oro y lo puso en la víspera en el seno de su vestido, y prometió casarse con ella tomándola de la mano.
6 Entonces los ángeles mandaron a Adán y a Eva a levantarse y a orar cuarenta días y cuarenta noches; y pasados los día fijados, recién Adán podrá estar con su esposa; para que desde ese momento, tal acto matrimonial sería un acto puro y sin mansilla, para así tener hijos y se multiplicarse sobre la faz de la tierra.
7 Luego, que Adán y Eva recibieron las palabras de los ángeles y los ángeles se apartaron de ellos.
8 Entonces Adán y Eva comenzaron a orar, y continuaron así hasta finales de los cuarenta días, y entonces fueron y estuvieron juntos, como los ángeles les habían dicho. Y desde el momento en que Adán, salió del jardín hasta que se unió a Eva, eran ya doscientos y veinte y tres días, que son siete meses y trece días.
9 Así fue derrotada la guerra que Satanás tuvo contra Adán.
Capítulo LXXIV
El nacimiento de Caín y Luluva.
1 Y les tocó vivir en la tierra de trabajo con el fin de mantener sus cuerpos en buen estado de salud, y que continuó hasta los nueve meses de embarazo de Eva, y el tiempo se acercaba cuando ella debería dar a luz.
2 Luego dijo a Adán, "Las señales nos indican que esta cueva desde que salimos del jardín es un lugar puro y estaremos orando aquí, de nuevo, por algún tiempo. No es conveniente que de a luz en este lugar, vayamos a la cúpula de roca que Elohim nos hizo de refugio, librándolos de la mala intención de Satanás de matarnos con una gran piedra.
3 Adán luego tomó a Eva de la cueva y cuando llegó el momento de dar a luz, ella se asustó t mucho. Y Adán sintió mucha compasión, y estaba muy preocupado por ella porque creía que estaba cerca de la muerte y las palabras de Elohim, sobre su fin, se estaban cumpliendo: "Con sufrimiento tendrá a sus hijos y con dolor los dará a luz”
4 Pero cuando Adán vio el peligro en que Eva estaba, se levantó y oró a Elohim, y dijo: "Oh Señor, mírame con ojos de compasión y de misericordia y libérame de esta angustia”
5 Y Elohim miró a su sierva Eva, y en su entrega, dio a luz a su primer hijo, y con él una hija.
6 Y se regocijó a Adán en Eva y agradeció por la liberación del dolor y también por los hijos nacidos. Adán y Eva rindieron culto en la cueva, hasta el final de ocho días, y a su hijo llamó Caín y a la hija Luluva.
7 Y el significado de Caín es "odio", porque odiaba a su hermana en el vientre materno, antes de que naciera. Por lo eso Adán lo nombró Caín.
8 Pero Luluva significa "hermoso," porque era más hermosa que su madre.
9 Entonces Adán y Eva esperaron hasta que Caín y su hermana tuvieran cuarenta días de nacidos, entonces Adán dijo a Eva, "Vamos a hacer una ofrenda y ofrecerla en nombre de los niños."
10 Y Eva dijo: "Vamos a hacer una ofrenda para el primer hijo nacido y luego vamos a hacer otra por la hija."
Capítulo LXXV
La familia vuelve a la Cueva de Tesoros. Nacimiento de Abel y Aklia.
1 Entonces Adán preparó una ofrenda, y él y Eva las ofrecen para sus hijos, y lo llevaron al altar que habían construido en un principio.
2 Y Adán ofreció la ofrenda, y pidió a Elohim que la aceptase.
3 Entonces Elohim aceptó la ofrenda de Adán, y envió una luz del cielo que consumió la ofrenda. Adán y el niño se acercaron a la ofrenda, pero Eva y la niña no se acercaron a ella.
4 Adán, luego de haber entregado la ofrenda, baja del altar con el niño, muy alegre. Luego de cuarenta días, es decir ochenta días, Adán preparó otra ofrenda y llevó a Eva y los niños y subieron al altar y entregaron otra ofrenda, esta vez por la niña y pidió que fuese aceptada.
5 Y el Señor aceptó la ofrenda de Adán y Eva. Entonces Adán, Eva y los niños, se acercaba juntos, y bajaron de la montaña, con gran regocijo.
6 Pero ellos no regresaron a la cueva en la que nacieron los niños, sino que llegaron a la cueva de los tesoros, a fin de que los niños fueran bendecidos con todas las señales que fueran traídas del jardín.
7 Sin embargo, después de haber sido bendecidos con estas señales, regresaron a la cueva en la que nacieron.
8 Sin embargo, antes de que Eva habían ofrecido la ofrenda, Adán había tomado a Eva y habían bajado hasta el río, donde se habían tirado la primera vez y se lavaron. Adán lavó su cuerpo y Eva el suyo, luego de haber terminado la angustia por la que habían pasado.
9 Adán y Eva, después de lavarse en el río de agua, cada noche, regresaban a la Cueva de los Tesoros, donde oraban y se bendecían, y luego regresaban a su cueva, donde sus hijos habían nacido.
10 Adán y Eva hicieron esto hasta que los niños fueron sido destetados. Después de que fueron destetados, Adán hizo una ofrenda para las almas de sus hijos, además de las tres veces cada semana que hacía ofrenda por ellos mismos.
11 Cuando los niños fueron destetados, Eva concibió una vez más, y cuando su embarazo llegó a término, dio a luz a otro hijo e hija. Y ellos fueron llamados Abel, el hijo, y Aklia, la hija.
12 Entonces al final de cuarenta días, Adán hizo una ofrenda para el hijo, y al final de los ochenta días, hizo otra ofrenda para la hija, y fueron tratados, como habían sido tratados Caín y su hermana Luluva.
13 Fueron luego a la Cueva de los Tesoros, donde recibieron sus bendiciones, tras lo cual regresaron a la cueva donde habían nacido. Después de que estos niños nacieron, Eva dejó de tener hijos.
Capítulo LXXVI
Caín tiene celos de Abel a causa de sus hermanas.
1 Y los niños comenzaron a crecer más fuertes y más altos, pero Caín era duro de corazón, y se pronunció sobre su hermano menor.
2 A menudo, cuando su padre hacía una ofrenda, Caín se quedaba y no iba con ellos, y no ofrecía nada.
3 Pero, en cuanto a Abel, él tenía un corazón manso, y fue obediente a su padre y a su madre. Él se trasladaba con frecuencia a hacer una ofrenda, porque él amaba. Él oró y ayunó mucho.
4 Luego vino esta señal a Abel. Como entraba a la cueva de los tesoros, y vio la barras de oro, el incienso y la mirra, preguntaba a sus padres, Adán y Eva, acerca de ellas, pues quería saber de dónde las habían obtenido.
5 Y Adán le contó todo lo que había caído sobre ellos. Y Abel sintió profundamente en el corazón lo que les había acontecido a sus padres.
6 Por otra parte su padre, Adán, le contó de las obras de Elohim, y del jardín. Después de escuchar todo lo que su padre le contó, Abel se quedó en la cueva de los tesoros durante toda la noche.
7 Y esa noche, mientras estaba orando, Satanás se le apareció bajo la figura de un hombre, que le dijo: "Tu constantemente has ido a hacer las ofrendas con tu padre, has hecho oración y ayuno, por esto, te voy a matar y te quitaré de esta tierra.”
8 Pero Abel oraba mas fervientemente y echó al Satan fuera y no creyó ninguna de las palabras que le había dicho. Luego, cuando era ya de día, un ángel de Elohim se le apareció y le dijo: "No cortes tu ayuno y tu oración, porque son ofrendas a Elohim, mira, el Señor a aceptado tu oración y no tengas miedo a lo que el Satan te dijo anoche, sobre la muerte” Y el ángel se retiró.
9 Entonces, cuando fue de día, Abel llegó a Adán y a Eva, y les dijo de la visión que había visto. Cuando oyeron esto, se angustiaron mucho por él, pero no le dijeron nada sobre esto, sino que sólo lo confortaron.
10 Pero en cuanto a Caín, Satanás también vino a él por la noche y mostrándose a sí mismo le dijo: “Adán y Eva tienen mucho amor por tu hermano, mas que a ti, y le van a dar en matrimonio a tu hermana que es muy bella, porque a él le gusta, pero a ti, te van a dar la hermana fea porque ellos te odian”.
11 Ahora escucha, antes de que lo hagan, te estoy diciendo que debes matar a tu hermano. De esta forma tu hermana quedará para ti, porque quedará sola. "
12 Y el Satan se apartó de él. Pero las palabras que el Satan pronunció se quedaron en el corazón de Caín, y con frecuencia deseaba matar a su hermano.
Capítulo LXXVII
Caín, de 15 años de edad, y Abel de 12 años, creciendo por separado.
1 Sin embargo, cuando Adán vio que el hermano mayor odiaba a los más jóvenes, él se esforzó para ablandar sus corazones, y dijo a Caín, "¡Oh mi hijo, toma de los frutos de tu siembra y haz una ofrenda a Elohim, porque él puede perdonarte tu maldad y tu pecado.
2 Dijo también a Abel, "Toma algunos frutos de tu siembra y haz una ofrenda y llévalo a Elohim, porque Él puede perdonarles por su maldad y pecado."
3 Entonces Abel obedeció la voz de su padre, y tomó algunos frutos de sus siembra, e hizo una buena ofrenda, y dijo a su padre, Adán, "Ven conmigo y muéstrame la forma de hacer una ofrenda satisfactoria y correcta”
4 Y fueron, Adán y Eva con él, y le mostraron la forma de ofrecer su regalo en el altar. Luego, después de eso, se pusieron de pie y oraron para que Elohim acepte la ofrenda de Abel.
5 Entonces Elohim miró a Abel y aceptó su ofrenda. Y Elohim estaba más contento con Abel que con su ofrenda, debido a su buen corazón y puro cuerpo. Pues no había rastro de engaño en él.
6 Luego vinieron abajo desde el altar, y se dirigieron a la cueva en la que vivían. Pero Abel, por razón de su alegría por haber hecho su ofrenda, la repitió tres veces a la semana, tras el ejemplo de su padre Adán.
7 Pero, Caín, no quería hacer una ofrenda, solo después de que su padre estuvo muy enojado, Caín aceptó y tomó la oveja mas pequeña y la llevó a la ofrenda, pero cuando estaba ofreciéndola sus ojos estaban en la oveja.
8 Por lo cual Elohim no aceptó su ofrenda, porque su corazón estaba lleno de pensamientos asesinos.
9 Y todos ellos vivían juntos en la cueva en la que Eva había dado a luz, hasta que Caín tenía quince años, y Abel doce años.
Capítulo LXXVIII
Cómo el primer asesinato fue planeado.
1 Entonces dijo Adán a Eva, "He aquí los niños son mayores, tenemos que pensar en darles esposas."
2 Entonces Eva respondió: "¿Cómo podemos hacerlo?"
3 Entonces Adán le dijo, "Abel se unirá a la hermana de Caín en matrimonio, y la hermana de Abel en matrimonio con Caín.”
4 El dijo Eva a Adán, "no me gusta Caín, porque él es duro de corazón, pero deja que ellos se queden con nosotros hasta hacer una ofrenda en el nombre del Señor”
5 Y dijo Adán, no más.
6 Mientras tanto, Satanás vino a Caín en la figura de un hombre del campo, y le dijo: "He aquí Adán y Eva han estado tramando juntos sobre el matrimonio de ustedes dos, y se han puesto de acuerdo en casarte con la hermana de Abel y a él con tu hermana.
7 Porque te quiero, es que te digo estas cosas. Sin embargo , si quieres toma mi consejo y obedéceme y el día de tu boda te voy a poner una muy hermosa túnica, oro, plata en abundancia y todos mi reino te asistirá”
8 Entonces Caín dijo con alegría, "¿Dónde están tu reino?"
9 Y Satanás respondió: "Mis reino está en un jardín en el norte, donde una vez quise traer a tu padre Adán, pero él no estaba dispuesto a aceptar mi ofrecimiento.
10 Pero, si tu recibes mis palabras y si quieres venir a mí después de tu boda, deberás dejar la miseria en la que estás, y te daré descanso y serás mejor que tu padre Adán ".
11 Con estas palabras de Satanás Caín abrió sus orejas, e inclinó su corazón hacia su discurso.
12 Y Caín no quiso permanecer ya mas en el campo y fue a donde Eva, su madre y la golpeó, maldiciéndola y recriminándole por los planes de dar su hermana en matrimonio a Abel. Y le dijo: ¿Acaso estoy yo muerto para dar mi hermana a Abel?
13 Su madre, sin embargo, trató de tranquilizarlo y lo envió al campo en el que había estado.
14 Entonces, cuando Adán llegó, ella le dijo lo que Caín había hecho.
15 Y Adán se afligió, pero tomó fuerza y no dijo ni una sola palabra.
16 Entonces en la mañana siguiente, Adán dijo a su hijo Caín, "Tomar de tus frutos, los jóvenes y bueno, y los ofrecerás a Elohim, y voy a ir a hablar con tu hermano, para hacer lo mismo”
17 Ambos obedeció a su padre Adán, y tuvieron listas sus ofrendas y las ofrecieron en la montaña donde estaba el altar.
18 Pero Caín se comportaba altivamente con su hermano, y lo empujó, votándolo del altar, y no le permitió ofrecer su regalo en el altar, pero él ofreció su propia ofrenda en él, con un corazón orgulloso, lleno de engaño y de fraude.
19 Pero en cuanto a Abel, construyó un altar con algunas piedras que estaba cerca a su alcance y ofreció su ofrenda con un corazón humilde y libre de engaño.
20 Caín estaba entonces de pie frente al altar en el que había ofrecido su regalo, y gritó a Elohim para aceptar su ofrenda, pero Elohim no la aceptó de él, ni hizo un divino fuego para consumirla.
21 Y se mantuvo de pie sobre el altar dando la espalda, de mal humor y con sentimiento de mezquindad, buscando a su hermano Abel, para ver si Elohim acepta su ofrenda o no.
22 Y Abel oró a Elohim para aceptar su ofrenda. Luego, un fuego divino vino abajo y se consumió su oferta. Y Elohim olió y saboreó lo dulce de su oferta, porque Abel lo amó y se regocijaba en él.
23 Y porque Elohim estaba bien complacido con él, le envió un ángel de la luz en la figura de un hombre, que había participado de su ofrenda, porque Él había olido y saboreado lo dulce de su ofrenda, y lo confortó y fortaleció su corazón.
24 Y Caín estaba observando todo lo que tuvo lugar en la ofrenda de Abel y se enojó mucho.
25 Entonces abrió su boca y blasfemó contra Elohim, porque Él no había aceptado su ofrenda.
26 Y Elohim dijo a Caín, "¿Por qué te ves triste? Es justo, que me permita aceptar su ofrenda. No estamos en contra de ti, más tu has murmurado y estás solo en contra tuya.
27 Elohim hizo este reproche a Caín, y el porque no fue aceptada su ofrenda.
28 Y Caín bajó del altar, y cambió su color y con cara triste bajó a donde sus padres y les contó lo que le había acontecidoY Adán se entristeció mucho porque Elohim no había aceptado la ofrenda de Caín.
29 Pero Abel bajó con regocijo, y con un corazón agradecido, y le dijo a su padre y a su madre cómo Elohim había aceptado su oferta. Y se regocijaron con él y besaron su rostro.
30 Y Abel dijo a su padre, "Porque Caín me empujó del altar, y no me permitió ofrecer mi regalo en él?, sin embargo he hecho un altar para mí y mi regalo fue ofrecido en él."
31 Pero cuando Adán escuchó esto, se puso muy triste, porque era el altar que había construido inicialmente y en el que había ofrecido todas ofrendas.
32 Y Caín estaba resentido y tan enojado que entró en el campo, donde Satanás vino a él y le dijo: “ tu hermano Abel se ha refugiado con tu padre Adán, porque él fue echado desde el altar, y le han besado su rostro, y se han regocijado con él, mucho más que contigo”
33 Cuando Caín escuchó estas palabras de Satanás, se llenó de ira, y no dejó que nadie lo sepa. Pero él tenía, el deseo de matar a su hermano, hasta que tomándolo en la cueva le dijo:
34 "¡Oh hermano, el país es tan hermoso, y hay esos hermosos árboles tan agradables en él, que forman un paisaje encantador, digno de a ver! Pero hermano, dijo Abel, tu nunca has ido a ese lugar para descansar.
35 Es que, mi hermano, es mi gran deseo que vengas conmigo al campo, para disfrutar y sentirnos bendecidos de nuestros campos y nuestros rebaños, que para ti son justos, y Te quiero mucho, oh mi hermano! Pero tu has hecho que nos enemistáramos.”
36 Y Abel consintió en ir con su hermano Caín al campo.
37 Pero antes de salir, dijo Caín a Abel, "Espérame, voy a traer algo para protegernos de las bestias salvajes.
38 Y Abel estaba esperando inocentemente, cuando Caín le dio la delantera.
39 Y comenzaron, Caín y su hermano Abel, a caminar por el camino; Caín hablaba con él, y él pensaba que Caín había olvidado todo.
Capítulo LXXIX
Un malvado plan es llevado a una trágica conclusión.
1 Y caminaron hasta que llegaron a un lugar solitario, donde no había nadie, y Abel dijo a Caín, “Oh, mi hermano, estamos cansados de tanto caminar y no vemos ningún árbol, ni frutos, ni flores, ni ovejas, ni nada de lo que me dijiste que veríamos ¿Dónde están las ovejas que dijiste que bendecirían? “
2 Entonces Caín le dijo: "Ven, y verás muchas cosas bellas muy pronto, pero adelántate, yo te sigo y voy a alcanzarte luego”
3 Y Abel pasó por delante de Caín, y Caín se mantuvo detrás.
4 Y Abel fue caminando inocentemente, sin saber que su hermano lo mataría.
5 Entonces Caín, cuando llegó hasta él, le engañaba con palabras y forma de hablar amable y caminaba un poco hacia atrás de él, entonces tomó impulso y arremetió contra su hermano dándole golpe tras golpe.
6 Y cuando Abel cayó sobre el terreno, viendo que su hermano arremetía contra él para matarlo, le dijo a Caín, "¡Oh, mi hermano, ten piedad de mí. Por los pechos que hemos sido amantados, no me golpees!, por el vientre que nos trajo a este mundo, no me golpees con el bastón hasta morir, si me vas a matar, toma una de estas piedras grandes y mátame directamente”
7 Entonces Caín, duro de corazón, y cruel asesino, tomó una gran piedra, y golpeó a su hermano en la cabeza, hasta que su cerebro salió de ella, y Caín disfrutó el hecho de ver la sangre de su hermano salir de él.
8 Y Caín no se arrepintió de lo que había hecho.
9 Pero la tierra, cuando la sangre del justo Abel cayó sobre ella, temblaba, ya que bebió su sangre, que fue destruida a causa de Caín.
10 Y la sangre de Abel clamó a Elohim, misteriosamente, para vengarlo de su asesino.
11 Entonces Caín comenzó a excavar en el terreno para ocultar el cuerpo de su hermano, porque le vino gran temor y temblaba, cuando vió a la tierra temblar, sola por su propia cuenta.
12 Luego, al terminar el hoyo, metió el cuerpo de Abel y lo cubrió con polvo, pero la tierra no lo recibió y votó el cuerpo de Abel.
13 Una vez más Caín excavó el terreno y a su hermano escondió en él, pero de nuevo el terreno, arrojó el cuerpo, hasta tres veces el terreno vomitó el cuerpo de Abel.
14 El terreno fangoso lo tiró la primera vez, porque Abel no fue la primera creación, y lo arrojó por segunda vez, no queriéndolo recibir, porque Abel era bueno y justo, y fue asesinado sin motivo; y una tercera vez porque el asesinato tenía un testigo en contra.
15 Y la tierra se burlaba de Caín, hasta que la Palabra de Elohim, vino a él en relación con su hermano.
16 Luego Elohim estaba enojado y disgustado mucho por la muerte de Abel, y Él tronó desde el cielo, y rayos cayeron antes que él, y la Palabra del Señor Elohim de los cielos vino a Caín, y le dijo: "¿Dónde está tu hermano Abel? "
17 Entonces Caín respondió con una voz áspera y orgullosa y con un corazón "¿Cómo, oh Elohim? ¿Soy acaso guardián de mi hermano?”
18 Y dijo Elohim a Caín, "Maldita la tierra que bebió la sangre de tu hermano Abel, y para ti, siempre será temblor y agitación, y esto será una marca sobre ti a fin de que considere quien desee matarte."
19 Y Caín lloró porque Elohim había dicho esas palabras, y dijo: "Oh Elohim, cualquiera que considere matarme, lo hará y seré borrado de la faz de la tierra”
20 Y dijo Elohim a Caín, "Quienquiera que considera matarte, no lo hará, porque antes que esto, yo voy a dar siete castigos al que tal cosa hiciere”. Porque cuando Elohim preguntó a Caín ¿Dónde está tu hermano?, en su gran misericordia buscaba que Caín se arrepintiera.
21 Y si Caín se hubiera arrepentido en ese momento diciendo “Oh mi Elohim, perdona mi pecado, por asesinar a mi hermano”, Elohim le hubiera perdonado su pecado.
22 Y como Elohim dijo a Caín: "Maldito el terreno que ha bebido la sangre de tu hermano" y que además muestra su misericordia para con Caín, pues Caín no fue maldecido, pero si el terreno que bebió su sangre, siendo que el terreno no cometió el asesinato, sino el malvado fue el que lo cometió.
23 Y es apropiado que la maldición caiga sobre el asesino, pero la misericordia de Elohim hizo que la maldición cayera al terreno y no a Caín.
24 Y él le dijo: "¿Dónde está tu hermano?" A lo que él respondió y dijo: "no sé". Entonces el Creador le dijo: "Seas siempre angustiado y temblando".
25 Entonces Caín temblaba y se llenó de terror y a través de esta señal, Elohim hizo de él un ejemplo ante toda la creación de que pasa al asesino de su hermano. Elohim también hizo venir sobre Caín temblor y terror quitándole la paz, para que recordando la paz y alegría pasadas, pueda arrepentirse de su pecado humildemente y encontrar la paz del principio.
26 Y en la palabra que Elohim dijo: "Voy a poner siete castigos a todo aquel que mata a Caín," Elohim no estaba tratando de matar a Caín con la espada, pero Él trató de hacerle morir a través del ayuno, del llanto y de la oración, para que de una forma difícil sienta su pecado.
27 Y los siete castigos son las siete generaciones durante las cuales Elohim espera que Caín sienta por el asesinato de su hermano.
28 Pero, Caín, desde que asesinó a su hermano, no pudo encontrar ningún descanso en cualquier lugar, pero volvió a Adán y Eva, temblando, aterrorizado, y manchado con sangre.
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