2°
Testamento. Apocalipsis (Revelaciones)
3° Testamento. Libro de la Vida Verdadera (Tomo-Enseñanza.Párrafo).
02:01 Escribe al ángel de la
iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda
en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
02:02 Yo conozco tus obras,
y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has
probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado
mentirosos;
02:03 y has sufrido, y has
tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has
desmayado.
10-306.20. Por instantes os
intrigáis cuando comprobáis que aun apegándoos lo más posible a mi Ley, no
escapáis al dolor, a las vicisitudes, y a las pruebas, y es verdad, pueblo
amado, pero eso sólo acontece aquí en este valle de lágrimas, que es crisol,
río purificador y escuela para el espíritu.
10-306.21. Más, ¿Por qué creer que
las pruebas son castigos? Es mejor creer que las pruebas son en vez de
castigos, experiencias por las que tenéis que pasar, a fin de que vuestro
espíritu adquiera más luz. ¡Cuántas veces os someto a prueba para que
practiquéis la oración, para que encendáis la fe y miréis cómo al punto
respondo a vuestro llamado enviándoos el consuelo y la paz! Pero no lo
comprendéis así, y en vez de orar y de confiar en Mí, os tornáis en ingratos y
blasfemos diciendo que os he olvidado, que no os escucho, y vais entonces a
llamar a las puertas de vuestros hermanos, tan necesitados de Mí como vosotros.
02:04 Pero tengo contra ti,
que has dejado tu primer amor.
10-306.15. Cuando Yo debiera ser
vuestro primer amor, me habéis dejado al último, porque las ilusiones y los
ensueños, los amores terrenales y vuestras pasiones, os han debilitado para
poder amarme.
10-306.16. Habéis gastado mucho
vuestro corazón amando al mundo y sufriendo también, pero queda vuestro
espíritu, el que puede levantarse en cualquier instante, ya que en él la fatiga
sólo es aparente y no envejece como la materia, ni se gasta como el corazón.
10-306.17. Creíais amarme sobre
todo lo creado y tendréis que convenceros de que me habéis dejado como vuestro
último amor.
10-306.18. Cuando lleguéis a la
ancianidad y por razón natural, sintáis que en vuestro corazón han muerto las
pasiones y las ambiciones, volveréis vuestros ojos hacia Mí y me diréis:
"Señor, teníais razón, mientras en la Tierra nos sentimos jóvenes y
fuertes, os olvidamos, aunque muchas veces estuvimos creyendo que os amábamos y
que en nuestra vida erais lo primero".
10-306.19. ¿Veis cómo os he hablado
con verdad, cuando os he dicho que en vuestra vida soy vuestro último amor?
Nadie piense que si he dicho que Yo debo ser lo primero en vuestra vida, haya
querido decir que a nadie más que a Mí debáis amar, Yo he querido haceros
comprender que quien me ama a Mí antes que a nadie, ese tendrá que amar con
verdad, ése amará sólo lo justo, ése nunca se cansará en la vida, ni sufrirá
decepciones, porque amándome primero a Mí, amé la verdad y la justicia, las
que, aplicándolas a su vida y a sus obras le elevaron por encima de las
miserias humanas, le libraron de espejismos y le hicieron habitar en un mundo
de luz, de paz y de sabiduría.
02:05 Recuerda, por tanto,
de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no,
vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres
arrepentido.
10-306.22. No he sido Yo quien haya
negado mi caridad al mundo, son los hombres quienes la han retenido. Así les
haré permanecer por un tiempo, confiados en su saber y en su fuerza, porque
luego, convencidos de su impotencia para vencer el dolor que invadirá al mundo,
volverán prestos sus espíritus hacia Mí para confesarse pequeños, frágiles,
ingratos y duros de corazón.
10-306.23. Yo, para quien no puede
haber una obra vuestra de la que no haga brotar luz, así sea una obra mala la
que hayáis cometido, haré que el mundo al salir de su caos, tenga mayor luz en
su espíritu que la que tuvo antes de caer.
10-306.24. Yo perdonaré todo vuestro
pecado, porque fue el fruto de vuestra ignorancia, mas, cuando la luz se haya
hecho en vuestro ser, ¿Seríais capaces de pecar con conocimiento, pasando sobre
vuestra experiencia y vuestra conciencia? No, discípulos, jamás podríais volver
a incurrir en aquella falta que os hizo apurar un cáliz muy amargo.
10-306.26. Oídme con humildad,
venciendo el orgullo que lleváis en vuestro corazón, y poco a poco comenzaréis
a encontrar el sentido verdadero de la vida e iréis descubriendo a cada paso
las maravillas que antes no mirabais porque vuestra confusión había tenido un
velo de misterio sobre la verdad. Aquí está mi luz, que viene a revelaros lo
que está tras el misterio y a deciros que no soy Yo quien se haya ocultado a
vuestros ojos, sino vosotros los que no me habéis querido mirar.
10-306.27. ¿Por qué si pongo mi
mirada en los hospitales, en los presidios, en los hogares enlutados, en los
matrimonios desavenidos, en los huérfanos o en los hambrientos del espíritu, no
os encuentro allí? Pensad que además de enseñaros a orar, os he dado el don de
la palabra y os he enseñado a ungir y en muchas ocasiones os he dicho que
vuestra presencia puede obrar prodigios si verdaderamente estáis preparados.
10-306.28. ¡Cuántas ocasiones de
impartir la caridad os ofrece la vida diariamente! Más, fijaos que así como se
presentan casos en los que lo único que podéis hacer es orar, en cambio hay
otros que es preciso hablar o actuar.
02:06 Pero tienes esto, que
aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
06-154.20 Mas Yo llegaré a mi
templo para arrojar de allí a los mercaderes como lo hice en el Segundo
Tiempo en el templo de Jerusalén y les
diré una vez más: "No hagáis de
la casa de oración una casa de mercado". Enseñaré a los hombres para
que cada uno sepa oficiar delante del verdadero altar, para que ya no se
confundan más, ni se pierdan en la ignorancia, debido a las malas
interpretaciones que dan a mi Ley.
06-154.21 El Maestro os dice: el ministro es el espíritu, siendo el altar el corazón, la oración es el pensamiento elevado, y la ofrenda, son las buenas obras que podáis presentar.
02:07 El que tiene oído,
oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en
medio del paraíso de Dios.
10-306.29. Benditos los que no temen
a las malas miradas o a las murmuraciones, y sólo llevan el anhelo de impartir
la caridad, ellos son los que espiritualmente me acompañan junto al lecho del
enfermo, los que van camino hacia aquellos que habitan en tinieblas, para
llevarles la luz de la fe, del saber o del consuelo.
10-306.30. Benditos los que se
acuerdan de los tristes y los que piensan en los pobres de materia y de
espíritu, porque su corazón late cerca de mi Espíritu.
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