viernes, 10 de febrero de 2017

Apocalipsis - Primer Sello

2° Testamento. Apocalipsis (Revelaciones)

3° Testamento. Libro de la Vida Verdadera (Tomo-Enseñanza.Párrafo).

06:01 Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira.

04-107.22 Cristo estuvo a la mitad de la jornada, y con su sacrificio, con su ejemplo perfecto, os rescató de la muerte; su sangre fue el juicio de amor con el que salvó a todos los perdidos, otorgándoles su divino perdón, como un ósculo de vida; la cruz fue la llave con la que El abrió las puertas de la eternidad a los espíritus después de la gran batalla.

06-161.33 Es el Cordero el que os habla, Él es quien os revela estas enseñanzas y quien descifra estos misterios, porque hasta ahora sólo Él ha sido digno de desatar los sellos. Mas el sacrificio del Cordero inmolado os hace a todos dignos de esta luz y a su debido tiempo llegará este conocimiento a todos los confines de la Tierra.

06-161.34 Os hablaré también como Creador, porque el Padre está en el Hijo, así como el Hijo está en el Padre y en el Espíritu Santo.

06-161.35 Discípulos: de Mi han brotado las tres naturalezas: la divina, la espiritual y la material. Como Hacedor y dueño de todo lo creado puedo hablaros en forma divina y a la vez comprensible. Si la naturaleza material nació de Mí, también puedo materializar mi voz y mi palabra, para hacerme comprensible al hombre.

06-161.36 Yo soy la ciencia perfecta, el principio de todo, la causa de todas las causas y la luz que todo lo ilumina; Yo estoy por sobre todo lo creado, sobre todas las sabidurías.

06-161.37 Para que Dios pudiera nombrarse Padre, hizo brotar de su seno espíritus, criaturas semejantes a Él en sus divinos atributos y los convirtió en seres humanos para que tuvieran en su ser las tres naturalezas. Pero antes, el Padre le preparó su morada: la Tierra, con sus entrañas de roca y fuego, el aire, el agua, los metales, los gases y la luz. Y todo ello fue como un reino, fuerte e inconmovible, para servir de cimiente a la mansión del hombre: el reino mineral.

06-161.38 Quiso el creador engalanar esa morada y para ello hizo brotar de la tierra las plantas, los árboles, sus flores y sus frutos, para que el hombre encontrara en ellos, sustento, sombra, deleite, inspiración, bálsamo y alegría, y fue como un nuevo reino: el vegetal.

06-161.39 No debía encontrarse solo el hombre y el Padre le dio por amigos y siervos a los seres inferiores, las bestias, las aves y los peces. Todos los seres que habitan las entrañas de la tierra y la superficie, los que cruzan los vientos y los que habitan las aguas, para que el hijo encontrara en ellos, sustento en unos, amistad en otros y ayuda en otros más, y cuando esa familia se encontró creada en tal forma, fue un nuevo reino en la Tierra: el reino animal.

06-161.40 Los tres reinos formaron con su armonía un solo mundo, y cuando todo era como una gran fiesta en que la vida, la luz y la gracia animaba el Señor, envió al hombre, al ser que se asemeja a su Creador y en el cual se refleja la Divinidad, en el que puso Dios una chispa de su espíritu: la conciencia, para que en el trayecto de su jornada alcanzara ese ser así dotado, la perfección del espíritu.

06-161.41 Esos tres reinos que forman vuestro mundo, fueron hechos en siete etapas que algunos hombres han llamado días.

06-161.42 Fue el Padre forjando con paciencia perfecta todo lo necesario para el camino y la vida de sus hijos. Así creó en una etapa el sol y los astros, en otra la Tierra con sus plantas y sus mares, en otra los animales y finalmente el hombre.

06-161.43 Todo quedó preparado, ordenado y previsto para que el hombre no encontrara imperfección alguna, sino que viera a cada paso maravillas y perfecciones y encontrara por doquier el amor de su Padre y su presencia en todo lo creado.

06-161.44 Y cuando todo estuvo dispuesto, dijo al hombre: He ahí vuestra morada, he ahí vuestro reino pasajero. Cruzad los caminos, bebed de las fuentes, probad y saboread los frutos, conocedlo todo, levantaos como señor de la Tierra, es vuestro reino. Y el hombre, cuando abrió sus ojos a la luz y a la vida, sintió gozo al ser acariciado por los rayos del astro rey, se deleitó en la frescura de las aguas y en el sabor de los frutos que a sus labios se ofrecían.

06-161.45 Mas sabéis que el hombre por razón de su libre albedrío tuvo flaquezas desde su origen, por las cuales conoció el dolor, el trabajo, la lucha, las tinieblas, las caídas.

06-161.46 Todo estaba previsto y dispuesto para que el espíritu encontrase el camino de su evolución. Entonces el Padre le reveló su Ley por medio de la conciencia, para que conociese el camino de la luz y la armonía con la Divinidad y con la Naturaleza. Y desde entonces la intuición le reveló al hombre la existencia de su propio espíritu, cuya conciencia que es mi propia luz, le enseñó a distinguir el bien del mal e interiormente le indujo a marchar por el camino recto. Y entonces el Padre preparó para el espíritu del hombre el camino y el santuario.

06-161.47 En el principio de los tiempos el Señor dejó que la humanidad se multiplicara y poblara la Tierra, y manifestó su existencia, su presencia y su justicia, hablando a los hombres por medio de los elementos, que unas veces pródigos y otras hostiles e inclementes, corregían los yerros o premiaban los actos buenos.

06-161.48 Pero no sólo la voz de los elementos os habló de mí, también envié al mundo hombres que aconsejasen la virtud y mantuviesen despierto al espíritu de la humanidad, enseñándole la existencia de un Ser divino a quien debía de servir y adorar.

06-161.49 Ese fue el Primer Tiempo, cual primer reino espiritual, en el que el Padre reinó en el corazón del hombre, quién vivió en gracia en aquella morada creada para su espíritu.

06-161.50 Mas esta morada que comenzaba a edificar el Señor en el corazón de sus hijos, también había de formarla en tres eras o reinos.

06-161.51 El Segundo Tiempo o segundo reino lo fundó el Padre al encarnar en Jesús y habitar entre los hombres y el Tercer Tiempo con el que se cierra esta obra de perfección espiritual, lo inicia con su advenimiento como Espíritu Santo en este tiempo que viene a ser el tercer reino.

06-161.52 En el primero se manifestó el Espíritu Divino como justicia, en el segundo fue el amor y para culminar esta obra en el Tercer Tiempo, vino a manifestarse como luz de sabiduría y como revelación.

06-161.53 He ahí tres reinos que forman uno solo, he ahí tres tiempos en los que se consuma una obra de perfeccionamiento espiritual. Tres eras que encerraban un misterio que en este día el Maestro os ha revelado. Pero sabed que estos tres reinos fueron formados en siete etapas de lo cual tenéis una imagen en la creación de la Naturaleza material; siete etapas, de las cuales la última es la mansión perfecta del espíritu.

06:02 Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.

06-161.54 La primera de estas etapas de evolución espiritual en el mundo, está representada por Abel, el primer ministro del Padre, quien ofreció su holocausto a Dios. Él es el símbolo del sacrificio. La envidia se levantó 

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