07-179.01 Estoy hablando al mundo por conducto de mis escogidos. Benditos sean los que se han inspirado en Mí, porque su verbo se ha desatado, ha habido esplendor en él y Yo he manifestado mi sabiduría Y mi voluntad.
07-179.02 En el principio de los tiempos el
hombre, dotado de inteligencia y de razón, empezó a discernir, a formar ideas y
a elevar su culto a su Señor. Su espíritu fue forjándose, y cuando hubo evolucionado,
después de grandes experiencias, envié a Abraham, a Isaac y a Jacob, para que
fuesen ejemplo y tronco de un árbol espiritual, padres de una numerosa familia,
cuyo linaje había de perdurar a través de los tiempos, que se multiplicaría y
se extendería sobre el haz de la tierra. De ahí brotaron las doce tribus,
llenas de fuerza y potestad para llevar a las naciones la misión de enseñar el
verdadero culto al Creador y abolir el pecado. Yo encomendé esta tarea al
pueblo de Israel porque contemplé en la primera edad del hombre muchos
balbuceos y malas interpretaciones a mi ley. El culto espiritual, sencillo y
puro que pedí a mis hijos, degeneraba en idolatría, en actos materiales y
abominaciones. Teniéndome cerca de ellos, me sentían muy distante, y creyendo
cumplir con la ley, pecaban. Cuando envié profetas a la humanidad, les
desconocieron y al oír su palabra llena de celo y rectitud, me decían: No
podemos seguiros Señor, el camino es muy estrecho. Y el Padre que es amor y que
vivifica y acompaña a todos sus hijos, ha esperado su reconocimiento.
07-179.03 Hoy vivís en el Tercer Tiempo,
pueblo escogido y os he enviado con la misma misión de despertar y aconsejar al
mundo. Si os preparáis, vuestra inspiración será inagotable, y después de 1950
dejaréis manifestar a través de vuestras palabras la enseñanza como discípulos
Míos y con ella mi voluntad, mis revelaciones y mi caridad. Vuestro amor a la
humanidad hará prodigios, Y penetraréis en una vida de trabajo y solicitud
constante; y cuando hayáis dado pasos de espiritualidad, no deberéis sentir
superioridad sobre aquellos vuestros hermanos, cuyos espíritus no alcancen
todavía la capacidad vuestra.
07-179.04 Elevaos y si es menester que
descendáis para salvar a su espíritu, hacedlo, así corno el pastor desciende
hasta el abismo donde su oveja ha caído, para rescatarla y reunirla con las
demás que forman su rebaño. Sed buenos pastores aprended a cultivar el corazón
de vuestros hermanos con esta enseñanza que es vida, elevación y grandeza.
07-179.05 Jamás cerréis vuestro corazón al
amor y sabréis conocer a través de él la obra infinita de vuestro Padre.
07-179.06 Sed clementes con las faltas de
vuestros semejantes, ¡oh discípulos amados!
07-179.07 Bienaventurados los que no juzgan
las faltas de sus hermanos y evitan que el escándalo sea en tomo de ellos, por
que manifiestan limpidez en su corazón y saben, practicar la caridad.
07-179.08 Sólo tendrá derecho a juzgar Aquél
que sepa hacerlo y que, además sepa corregir y enseñar con verdadero amor. En
las actuales pruebas en que se encuentra la humanidad, puedo deciros que Yo soy
el único que tiene derecho a juzgar, porque entre todos los hombres no veo a un
justo que tenga derecho de hacerlo.
07-179.09 Cuando améis la virtud y os duelan
los errores de los demás, cuando lleguéis a consagrar toda vuestra vida para el
mejoramiento de vuestro espíritu, lograréis dar el verdadero ejemplo y si con
obras, palabras y pensamientos vais enseñando y haciendo luz en el sendero de
vuestros hermanos, habréis logrado asemejaros al Divino Maestro, el que cuando
estuvo en la tierra os demostró cómo se puede ser un juez perfecto.
07-179.10 Yo dejaba que llegaran ante mi
presencia los grandes pecadores, hombres o mujeres; dejaba que en mi camino se
cruzaran los grandes hipócritas, permití que me sometieran a prueba, que me
interrogaran, que se burlasen o tratasen de humillarme. Yo bien sabía qué mi
juicio no lo resistirían y que todos llegarían a sentir mi divina presencia. En
algunas ocasiones bastó sólo una frase para llegar a conmover a un hombre; en otra
era suficiente una mirada o simplemente el silencio, pero debéis, saber que en mi
actitud había humildad, dignidad, amor, piedad.
07-179.11 La humildad, la dulzura y el amor,
eran la esencia de la justicia de Jesús y sin embargo la humanidad no tuvo juez
tan inexorable Él. ¿Quién podrá resistir al verdadero amor, a la absoluta pureza,
a la luz divina?
07-179.12 En verdad os digo, no existe fuerza
que podáis oponer a mi amor. Los enemigos resultan pequeños, las fuerzas
contrarias son débiles, las armas que han tratado en contra de la verdad y de
la justicia siempre han sido frágiles.
07-179.13 La lucha que las fuerzas del mal
han sostenido en contra de la divina justicia, os ha parecido una contienda
interminable, y sin embargo, ante la eternidad, será como un instante y las
faltas cometidas durante el tiempo de imperfección de vuestro espíritu quedarán
como una débil mancha que vuestra virtud y mi amorosa justicia se encargarán de
borrar para siempre.
07-179.14 Todo el que tomare de mi palabra,
que es como el agua cristalina, sed no volverá a tener. Todo el que me
reconociere en el Tercer Tiempo en estas lecciones que vengo a entregar, será
fuerte en las grandes pruebas que se acercan a la humanidad y no perecerá.
07-179.15 Vengo a prepararos para que no
seais sorprendidos. Encended vuestra fe y aun cuando el huracán sople y quiera apagar
vuestra lámpara velad guardadla celosamente y no quedaréis en tiniebla.
07-179.16 Hoy ya no sonríe el mundo al oír
mis lecciones; el espíritu sabe que está atravesando por el gran día del Señor,
en el que han de ser juzgadas todas sus obras, y en el que mi mirada penetrará
hasta lo más profundo de su ser; sabe que su cosecha está mezclada con la mala
simiente cuyos frutos van a darle amargura. Su conciencia le dice que no ha
cumplido las órdenes divinas, que se ha apartado del camino de sumisión y obediencia
y que por eso su cruz es muy pesada. Yo, he dado a todos los seres un cáliz
para que lo llenen de amor y buenas obras y me presentáis sólo amargura y
veneno; queréis apartarlo porque sentís morir y buscáis el antídoto, y Yo os
digo: Venid a Mí, que aún podéis recobrar la vida; oídme y trabajad.
07-179.17 Amad, desechad el odio, dejad
detrás de vosotros las antiguas costumbres que apartan vuestros pasos de la
senda del bien. Iluminad vuestro sendero con mi palabra de todos los tiempos;
buscad la herencia divina en el fondo de vuestro espíritu y recordad mis
máximas que os fueron entregadas por conducto de Moisés, mi palabra y ejemplos
a través de Jesús; reconoced mis revelaciones que como Espíritu Santo he venido
haceros en el Tercer tiempo y sabréis por que lloráis. Mas Yo aparto de
vosotros el cáliz y os ofrezco mi paz.
07-179.18 En mi palabra de este tiempo
encontraréis la misma esencia de aquélla con la que os doctrinó Jesús, la misma
verdad que en los diez mandamientos os entregué en el Sinaí. Todo aquel que
quiera servirme, conozca antes que mi camino es de sacrificio y de entrega por
amor a sus semejantes. Mas también os digo, que Yo tomaré en cuenta todos
vuestros méritos para llevaros a la verdadera vida.
07-179.19 Sentid mi amor y venid a Mí,
hombres de buena voluntad, levantad vuestra faz y mirad a Cristo que ha vuelto
entre los hombres cumpliendo su promesa.
07-179.20 Penetro en lo profundo de vuestro
corazón y ahí recibo el homenaje sencillo de vuestro espíritu que me habla por
medio de la oración y me presenta su propósito de seguirme, de practicar mis
enseñanzas, de ser fuerte y mostrarse sereno ante las pruebas.
07-179.21 La respuesta a esa oración sentida
y humilde, es la de ofreceros que siempre estaré con vosotros y que esta presencia
os la haré sentir más clara en las horas difíciles por las que atraveséis.
07-179.22 La luz de esta era viene rasgando
el velo de oscuridad que envolvía al espíritu de los, hombres; viene rompiendo
las cadenas que lo tenían sujeto, impidiéndole llegar al verdadero camino. En
verdad os digo que no penséis que mi doctrina prohíbe la investigación de todas
las ciencias. Si Yo soy quien despierta vuestro interés, vuestra admiración y
vuestra curiosidad; por eso a vuestro espíritu le he dado el don del pensamiento
para que se traslade libremente a donde quiera. Os he dado la luz de la
inteligencia para que comprendáis lo que miréis a vuestro paso; por eso os
digo: Investigad, escudriñad, mas procurad que vuestra forma de penetrar en mis
arcanos sea respetuosa y humilde, porque entonces, será verdaderamente licita.
07-179.23 No os he prohibido que conozcáis
los libros que los hombres han escrito, mas debéis estar preparados para que no
tropecéis y os confundáis. Entonces sabréis cómo empezó el hombre su vida y su
lucha y a dónde ha llegado; y cuando esto sea tendréis que buscar mi fuente de
enseñanzas y revelaciones para que Yo os muestre el futuro y el fin que os
espera.
07-179.24 Prepárese cada cual en la forma en
que su conciencia le dicte. Comprended que llegará el momento de la lucha y que
no vais a buscar entonces las sombras de un claustro para meditar, sino que
daréis la cara al mundo y a las tentaciones y no rehuiréis un solo instante esa
lucha.
07-179.25 Si no os preparáis, si no analizáis
mi doctrina, mañana podrá surgir entre la humanidad una teoría que, aunque
falsa, tenga visos de verdad, y no es mi, voluntad que os dejen en el camino
como impostores, porque tratarán de demostramos que no fue verdad mi venida en
este tiempo.
07-179.26 Aprovechad vuestra propia fuerza
para preparamos y no la desperdiciáis juzgando las obras de los demás.
07-179.27 Muchas veces os he dicho:
Unificaos, mas cuando os hablo de, unificación, comprended que no hablo
solamente de vuestros recintos, sino que esa palabra abarca todo el universo.
07-179.28 Ved que no he venido a inspiraros
rito alguno. Ni en el Segundo Tiempo ni en éste he venido a buscar trono o
sitial dentro de los recintos que a mi culto habéis destinado. Hoy vengo a
deciros que no me ofrezcáis tesoros de la tierra ni vanidades humanas, porque
estaréis haciendo lo que el tentador con Jesús en el desierto: Ofrecerle su
reino a cambio del mío. Ya sabéis que mi reino no está en este mundo. Por eso
me hice hombre naciendo y viviendo en la humildad, para demostraros que para
conquistar el "reino de los cielos", no son necesarios el poder y las
grandezas de la tierra.
07-179.29 Mas, ¿por qué habéis de ofrecerme
las riquezas materiales si de antemano sabéis que todo es mío? Dadme lo que no
poseo aún: vuestro amor.
07-179.30 Es vuestro espíritu al que vengo a
buscar, porque es parte del mío y a Mí tiene que tornar; mas para rescatarlo
tuve que descender hasta él. Hoy será vuestro espíritu el que tendrá que
elevarse por la virtud hasta llegar a mi seno.
07-179.31 Discípulos míos: Buscáis dentro de
vosotros los pensamientos y las obras que sean agradables a Mí para alcanzar mi
gracia y Yo que conozco vuestro amor y esfuerzo, os concedo lo que solicitáis.
No son bienes terrenales los que me pedís, no ambicionáis tanto los goces
perecederos como los que son perdurables; vais camino de la vida eterna, en
donde descansaréis de vuestra lucha.
07-179.32 Saturaos de la esencia contenida en
mi palabra y si hay dolor en vosotros, consolaos pensando que en él
encontraréis una luz que siempre os estará señalando el de la vida eterna. Ese
mismo dolor no permitirá que el espíritu duerma o se envanezca, será como rocío
que refresque y vivifique el corazón.
07-179.33 En todos los tiempos os he hablado
de la vida eterna, de ese camino que el espíritu recorre y que no tiene fin, en
el cual se desarrolla, se perfecciona y llega a su Señor. Para que tuvieseis un
ejemplo que palpar y seguir, vine Yo en el Segundo Tiempo. Me limité en Jesús,
nací y viví como hombre, cumplí con las leyes divinas y humanas, sentí los
rigores de esta vida, trabajé para labrar el pan; pero sobre estos
cumplimientos entregué al mundo mi mensaje de amor y de ternura.
07-179.34 Cuando hubo llegado el tiempo de la
predicación y de los hechos, consagré mi Espíritu al cumplimiento de esa
misión.
07-179.35 No todos han sabido comprender que
el espíritu es antes que la carne. Y de esa doctrina de amor que os entregué,
muy pocos frutos me habéis presentado. ¡Cuán frágil es vuestro corazón! Muchos
dicen amarme y desconocen los beneficios de mi enseñanza.
07-179.36 En aquel tiempo, cuando Yo revelé a
mis discípulos que volvería entre, los hombres, me preguntaron cuándo sería la
realización de mis profecías y Yo les dije: Velad y orad y las contemplaréis.
Muchos me esperaban muy pronto, y es hasta este tiempo que he venido como juez,
para preparar el camino de todos los seres. Si abriesen sus ojos espirituales
me contemplarían descender sobre la nube blanca y desde ahí enviar sobre la
tierra innumerables rayos de luz.
07-179.37 ¿Quién podrá analizar la esencia de
mi Espíritu, si soy luz, amor divino, si en Mí no hay forma material? He venido
a vosotros en medio de la humildad; la virtud que os enseño, es la misma que
prediqué en el Segundo Tiempo. Quiero acercar a mí vuestro corazón y que
reconozcáis mi nueva manifestación.
07-179.38 Hay muchos que por temor o falta de
estudio, no han evolucionado y practican sólo la ley de Moisés, sin reconocer
la venida del Mesías, y otros que creyendo en Jesús, no han esperado al Espíritu
Consolador prometido; y Yo he descendido por tercera vez y no me han esperado.
07-179.39 Los ángeles han anunciado estas
revelaciones y su voz ha llenado el espacio. ¿Les habéis reconocido? Es el
mundo espiritual que ha venido entre vosotros a dar testimonio de mi presencia.
Todo lo que ha sido escrito, se cumplirá. La destrucción que se ha desatado,
vencerá el orgullo y la vanidad del hombre y éste, humilde, me buscará para
llamarme Padre. Amadme y me reconoceréis. Así brotará de vuestro corazón la
súplica por la paz de las naciones. A todos os amo y cuando ya preparados
tornéis a Mí, haré pacto de alianza con los hombres y habrá gozo en el Padre y
en los hijos.
07-179.40 Aquellos que me esperaban, no se
han sorprendido de mi palabra dada a través del hombre. Los demás han negado
que el Maestro haya vuelto a manifestarse en esta forma al mundo. Mas Yo os
digo: Orad y analizad, estudiad las profecías, escuchad la voz de la conciencia
en el fondo de vosotros mismos y sabréis responder a toda pregunta que os
hagan.
07-179.41 Yo os bendigo, pueblo. Os he dado
vida y os estoy alentando en el camino de evolución, porque os amo. Al hombre y
a los seres inferiores les he dado los elementos necesarios para vivir. Todos
vivís dentro de Mí y estáis sujetos a mi voluntad. Os he dicho que "la
hoja del árbol no se mueve sin mi voluntad". Para vivir tenéis el aire que
respiráis, el sol que calienta vuestro cuerpo, las aguas y los frutos que os
alimentan; mas a vosotros que estáis dotados de espíritu, os concedo penetrar
en mis arcanos para que conozcáis todo lo necesario para vuestra elevación
espiritual. Vuestro espíritu no morirá, mientras que la naturaleza material hoy
existe y mañana ya no será, porque la he formado para que sea sierva del hombre
y después de cumplir su destino, desaparecerá.
07-179.42 La tierra, las plantas, los
animales, pagan un tributo de gratitud a su Dios. Toda la creación se inclina y
se somete a las leyes. Las fieras en la selva se aman, no matan a seres de su
especie y si lo hacen es para alimentarse, respetan a la compañera, no se
multiplican antes de tiempo, no se censuran. Y vosotros, hombres, hacéis todo
lo contrario, porque tenéis libre albedrío y voluntad; mas Yo os he dado la
conciencia y la ley para iluminar vuestro sendero. Despertad, abrid vuestros
ojos a la luz de mi enseñanza, y si habéis de llegar a Mí, ¿por qué retardáis
vuestro paso? No hagáis dolorosa la jornada. Dejad que el espíritu me busque,
me ame y me comprenda y en su oración y práctica se fortalezca y se reanime.
07-179.43 Os preparo para que cumpláis con
celo mi ley, y así podáis enseñar y ser báculo de vuestros hermanos.
07-179.44 Quiero que me améis como Padre y me
miréis en la obra perfecta de mi creación. En el agua cristalina de los
arroyuelos, en el verdor de los campos, en el aire que acaricia vuestras
mejillas, en el firmamento sembrado de estrellas, no me neguéis, no me deis ese
dolor.
07-179.45 Ved que me estoy derramando en
esencia para alimentar vuestro espíritu; estoy sanando a los leprosos del cuerpo
y del espíritu, porque así como el cuerpo necesita alimento para vivir, el
espíritu necesita sustento espiritual, necesita amor, la comunicación con su
Padre, el cumplimiento de los deberes. En esta armonía podréis vivir felices
hoy en la tierra y mañana en la mansión espiritual.
07-179.46 Mi amor es con vosotros. Mi
inspiración se traduce en palabra por medio de la mente de estas criaturas
preparadas. Son mis intérpretes y Yo me manifiesto según su preparación y
capacidad espiritual. Todos podríais ser mis portavoces. El hombre es muy
pequeño para recibir la potencia de mi Divinidad, mas Yo envío al entendimiento
un rayo limitado, Para hacerme comprender y que mi Verbo sea pronunciado por
sus labios y os digo: Venid a recibir el amor de vuestro Maestro y la enseñanza
para mitigar vuestra sed de saber. Algunos sentís temor y os pregunto: ¿Por qué
albergáis ese temor, si siempre he estado con todos mis hijos, si me tenéis en
vuestro corazón?
07-179.47 Mi amor ha sido grande para
vosotros y por eso os he escogido de distintas comarcas y naciones, porque
mucho me necesitáis. Tenéis contraído un compromiso conmigo Porque en tiempos
pasados no cumplisteis con vuestra misión y es menester apresurar el paso para
que podáis llegar a Mí limpios y puros, así como brotasteis de Mí.
07-179.48 Todavía no os habéis perfeccionado
y ya estáis en la consumación de los tiempos. Ha mucho que en esta era os hablo
por conducto del hombre. Os he hablado en parábola y si leéis los escritos en
donde mi palabra está impresa y fue transmitida por los primeros portavoces,
apreciaréis mí paciencia y sentiréis dolor por vuestra negligencia. En todas
las congregaciones en donde el pueblo sé reúne, he derramado mi esencia y os he
dicho: Estudiaos a vosotros mismos, para que comprendáis a vuestros hermanos.
Sentid su dolor, amadlos como os amo Yo.
07-179.49 He venido en busca de esa parte de
mi Espíritu que está en vosotros y que me pertenece, para rescatarla. Vengo a
declarar la guerra, pero no a la humanidad, sino al pecado, al mal. En esa
lucha que ya es entre vosotros, debéis permanecer fuertes. Poned en práctica
vuestros dones, para que a medida que entreguéis el bien, ellos se multipliquen
y sean inagotables. Si os hablo de regeneración, es porque habéis perdido la
gracia y pureza con que os engalanó y que debíais haber conservado a través de
los tiempos.
07-179.50 Os dije que vendría en la nube y
que vendrían también mis ángeles. Y ¿acaso estas profecías no se han cumplido?
¿Mi mundo espiritual no os ha hablado corroborando todas mis palabras? Grandes
pruebas vendrán y conmoverán la tierra. Para entonces, no quiero que me
busquéis como juez; buscadme como Padre y Maestro Yo os enseñaré el verdadero
camino de la vida, el amor y la humildad, para que no busquéis corona ni cetro.
Si queréis ser grandes, sed humildes.
07-179.51 Quiero que estéis unidos, porque
después de 1950 no oiréis la palabra de vuestro Padre a través de los
portavoces y vuestro espíritu buscará un aliciente para continuar en este
sendero, y muchos de vosotros seréis débiles como Pedro, y otros dudaréis como
Tomás, mas, ¿quién imitará a Juan? En verdad os digo, que si me amáis como ese
discípulo predilecto, me veréis en todo mi esplendor y os diré: Venid a Mí,
corazones afligidos; soy Padre y siento el dolor de todos mis hijos. Orad y
sentiréis muy cerca al cirineo ayudándoos a cargar vuestra cruz. Conformaos y
sed fuertes en las pruebas y vuestras penas serán ligeras.
07-179.52 He preparado a esta nación y sus
moradores para manifestar mi doctrina, para que el pueblo pueda elevar su
espíritu y contemplar en el más allá la segunda Jerusalén, la tierra espiritual
prometida en donde han de reunirse con los patriarcas al final de los tiempos.
Mi voluntad es que en esta nación se mezclen las diferentes razas, que
encuentren paz aquellos que cansados de guerras y discordias busquen un lugar
para meditar sobre mi enseñanza y los hambrientos de espiritualidad tengan la
manifestación de mi Espíritu que les llene de luz y de consuelo, para que desde
el valle material puedan contemplar los umbrales de la vida superior donde el
espíritu debe morar y ver el cumplimiento de mi palabra.
07-179.53 Yo daré esplendor a esta nación. No
sólo se elevará espiritualmente, sino materialmente alcanzará poder. Sus
tierras serán fructíferas, en sus moradores habrá energía y fuerza moral y el
espíritu preparado por Mí dará prueba de elevación y conocimiento de mi ley.
07-179.54 Y cuando el hombre del mundo se
acerque y contemple en vosotros mi obra, sentirá el anhelo de enmendar su vida
y buscará los principios naturales, que lo ayuden en su restitución; meditará
en la ley, buscará mi palabra y su espíritu volverá a estar en contacto
conmigo. Yo le hablaré secreta y amorosamente y lo pondré, en el principio del
camino, y a de esta etapa empezará a subir para escalar el monte en donde yo le
espero.
07-179.55 No todos oirán mi palabra en este
tiempo en la misma forma en la que os hablo a vosotros, mis discípulos; mas
sabed que todo el que me busque, me encontrará. Mi inspiración estará en todo
aquél que me ame y de ello daréis testimonio. Si vosotros os habéis levantado
al cumplimiento antes que ellos, preparad su camino dando ejemplo de amor y de
humildad.
07-179.56 Estad, cerca de mí. Dejad que los
ojos de vuestro espíritu se abran y que vuestro corazón perciba mi amor, que
todo lo que oigáis y sintáis sea guardado en vuestro ser, para que mañana
recordando y analizando mi palabra podáis enseñar a vuestros hermanos.
07-179.57 No desperdiciéis estas lecciones
que son páginas del libro de la sabiduría que ahora os doy para vuestra
salvación.
07-179.58 Yo os recibo y en vosotros recibo a
todos mis hijos. Mi sabiduría desciende sobre todos mis discípulos que han
sabido preparar su entendimiento y su corazón.
07-179.59 Vengo como luz y fortaleza, como
paz y amor a vuestros corazones, para que no sintáis debilidad ante los
hombres.
07-179.60 Os revestís de paciencia sabiendo
que habéis venido a cumplir la noble misión de establecer la fraternidad y la
paz en el mundo; porque sabéis que tenéis que velar para que sea cumplida la
voluntad del Padre Celestial. Debéis ser como centinelas que velen por ese
mandato no cumplido aún.
07-179.61 Mi voz incesantemente llama al
hombre al camino de la ley, y vosotros, que fuisteis los primeros en recibir
mis revelaciones en este, tiempo, habéis venido a ser los postreros, para que
contempléis cómo llegan a Mí las multitudes; mas como sois de aquellos que
primero me reconocieron, estáis obligados a ser un ejemplo dentro de mi
enseñanza, a ser como un báculo para vuestros hermanos.
07-179.62 Siendo tan grande vuestra misión
veo que aún os falta valor y fe para ser los apóstoles del Tercer Tiempo. Aún
tenéis en vuestra vida instantes de flaqueza, de desesperación y de lucha con
vosotros mismos. Venced todas las barreras. Vuestro corazón ya ha sentido la
grandeza de mi obra habéis comprobado que mi palabra es alentadora. En mi
enseñanza habéis aprendido a orar para libraros de la tentación.
07-179.63 No quiere el Maestro que sigáis
desaprovechando el tiempo, ved cómo la humanidad en algunos sentidos ha
alcanzado adelanto, pero Yo quiero que su progreso sea completo, que la vida
humana y la espiritual armonicen.
07-179.64 Esta vida es una hermosa
oportunidad que se presenta a vuestro espíritu para progresar. Caminad, creced,
evolucionad, mirad cómo todo en la creación evoluciona y se transforma.
Fuisteis en el principio semejante al átomo en vuestra pequeñez; pero por la
inteligencia de que os doté, habéis llegado a tomar en vuestras manos los
elementos que la naturaleza posee, para serviros de ellos. Desde que llegasteis
a morar la tierra, ya se encontraba en ella la ley esperándoos, y el Padre
desde entonces os ha estado revelando la vida espiritual, encaminándoos a la
morada a donde habéis de llegar a descansar y a gozar de paz después de la
lucha, para alcanzar vuestra purificación.
07-179.65 Oíd siempre la voz de vuestra
conciencia para que ella os diga si habéis o no cumplido con la ley.
PARÁBOLA
07-179.66 Oíd: "Encontrábase un varón
sobre una montaña, Conocía los montes, los bosques y los caminos, por donde se
internaba en busca del sustento para los suyos. Cierta ocasión, en medio de su
soledad, escuchó una voz que decía: Yo te contemplo, varón y veo tu lucha; por
eso vengo a ti, porque Yo soy la vida que palpita en todo lo creado, mas
escucha: Levántate, ve y únete a los que te pertenecen y diles lo que has
escuchado y lo que sintiendo no has podido ver, y cuando estén persuadidos de
lo que tú ya crees, forma con ellos el principio de un pueblo, levántales en
pos del cumplimiento de la promesa de una tierra que les tengo preparada".
Aquel varón, al oír esa voz, sintió palpitar su corazón con fuerza y no se
atrevió a levantar su faz para contemplar al que así le hablaba. Sintió que una
fuerza desconocida penetraba en su ser, como si una luz celestial inundara de
valor su espíritu. Cuando aquella voz calló, sintió que la fatiga de su cuerpo
se apartaba, a la vez que sobre su espíritu experimentaba el de una
responsabilidad. Enseguida partió en busca de los suyos para testificar lo
sucedido y como era hombre recto, todos creyeron en su palabra. Él varón decía:
"Aquella voz que escuché, me habló de un camino, mas de todos los que
conozco, no sé cuál sea; acaso exista uno que conduzca a alguna gran ciudad o
tal vez lleve a una extensa tierra de viñedos". Una noche, al encontrarse
recostado en su lecho, oyó la voz en su conciencia, ya no en sus, sentidos, que
le decía: "El camino no lo conocen tus ojos, porque él sólo es visible a
la conciencia es el camino de mi ley". Y entonces escuchó los preceptos de
ella que hablaban de amar a Dios sobre todo lo creado, de no adorarlo a través
de figuras creadas por la imaginación o el fanatismo y oyó hablar también del
amor de los unos para los otros. Ese era el camino, el del amor y el bien.
Cuando despertó el varón, comprendió que todo aquello había sido una revelación
divina hecha a su espíritu. Nuevamente dio testimonio a su familia de lo que
había recibido en sueños y lleno de fe y obediencia reunió a todos los suyos,
para que con su unión formasen la simiente de un pueblo fuerte y grande.
07-179.67 Es mi parábola de este día en que
os hablo de Moisés aquel espíritu con quien tienen semejanza los guías de este
tiempo. Aquél que oraba en silencio y se comunicaba con su Padre, aquél que
condujo a su pueblo en larga jornada través del desierto, el mismo que ante la
debilidad de las multitudes rompió contra el suelo las tablas de la ley.
07-179.68 Tres eras han pasado y hoy os
pregunto: ¿Quién de vosotros conoce el camino? ¿Quién es aquel que de verdad se
prepara para escuchar la voz del Eterno? Dónde están los que puedan decirme,
como lo hicieran hermanos vuestros en otros tiempos: Señor, si es menester el
sacrificio de mi existencia en bien de tu obra, hágase en mí tu voluntad.
07-179.69 Hoy no encuentro quien hable así a
su Maestro. ¿Cómo vais a dar a conocer al mundo mi palabra en este tiempo? Es
menester qué os unáis, para que mi obra de amor y de pureza sea reconocida. Si
la presentaseis a través de ritos, símbolos o creencias, no lograréis
estremecer el espíritu de vuestros hermanos; en cambio, si con vuestras obras
dais él ejemplo de amor, mi ley será conocida y respetada.
07-179.70 Estudiad mi palabra, porque en ella
escucharán la voz del Padre, quien a través de vuestra conciencia os señalará
siempre el camino y os hará contemplar la perfección que vayáis alcanzando en
él.
07-179.71 Así como escudriñáis y os
maravilláis ante la vista del cuerpo humano que es tan sólo la forma exterior
del hombre, así abismaos en la contemplación y en el estudio del espíritu,
porque sólo así conoceréis su grandeza.
07-179.72 Luchad y aunque vuestra lucha sea
intensa, no os canséis de testificar mi verdad. Haced el bien, aunque tengáis
que negar hasta el sacrificio. Tenéis la misión de salvar a vuestros hermanos.
07-179.73 Yo os doy mi bendición y mi perdón.
¡MI PAZ SEA CON VOSOTROS!
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