Las Profecías de los Siete Imperios, es una recopilación del Libro del profeta Komeltum Meltum, el cual forma parte del Libro Teomoxtli de los Toltecas. He logrado recopilar algunos datos, en internet, sobre ésta profecía. Ignoro los documentos reales pues no poseo, a mi alcance, las herramientas para verificar que, lo que he hallado, no ha sido manipulado, sin embargo, en un foro encontre el dato de, donde podría encontrarse los archivos originales. Al día de hoy, no sé si sigan ahí pero dejo el dato: Antesala 3, hilera 2, bloque 4 en el Museo Nacional de Antropología e Historia CDMX.
La primer recopilación es más completa que la segunda, pues la primera tiene la esencia de la doctrina y la segunda, se basa en las cuestiones materiales, ya que es resumida según la historia del país y sus civilizaciones.
Lo importante es que todo documento se estudie y se extraiga la esencia de la doctrina, pues solo así, uno sabe que Dios siempre ha dejado testimonio de su promesa en todos los tiempos, acorde con la evolución de nuestros espíritus.
Recopilación 1:
He aquí que, los dioses me dieron la oportunidad de ver el futuro, de cruzar la puerta sagrada por ultima vez y así poder ver lo que a continuación les contaré: […]
[…]muchos años pasarán para que se levantase el primer imperio, así nacerá una nueva civilización;
Los hombres que casaban y sembraban, se volverán cultos e inteligentes, así los hombres se vuelven dioses y crearan la ciudad de los dioses, pequeño poblado al principio prospero pero cuando, la madre tierra reclame al hombre, las cosas cambiaran.
Terremotos y catástrofes llegarán al mundo, destrucción, fuego, inestabilidad.
Miedo, muerte, terror en la tierra.
Muchos se irán de sus tierras, buscando protección. Así una pequeña nación recibirá a exiliados.
Así, un dia nacerá, en esas tierras, un hombre cuyo número será 7419137, así habrá de reconocerle 103907.
Serpiente Emplumada Blanca y éste les enseñará verdad y espiritualidad y así conocerán las ciencias desde el hombre y su espíritu, los astros y luminarias hasta la navegación.
Y éste será la Serpiente Emplumada Tlacloc, hecha hombre.
Adoraran a dios Sol Ometeotl y a la diosa Luna Tonanzin.
De pequeño pueblo a la mayor ciudad de la tierra en pocos años. Serán la ciudad más potente del mundo.
Gobernando de norte a sur y del este al oeste, conocerán el secreto de volar y así es como el hombre se vuelve dios.
No estarán solos ya que, al otro lado del mundo, una nación vendrá y sus intenciones maléficas serán.
Mas una potencia, de más allá de las aguas, viene a buscar pelea, tal como ya sucedió en la historia, no habrá un ganador y ambos se destruirán.
El enemigo destrozado, quedará para jamás regresar.
Sí, habrá un ganador, esa fue la gran ciudad de los dioses, ya que de los otros "no quedo piedra sobre piedra".
Los dioses hombres cansados, de pelear, estarán y a las estrellas se irán, dejando detrás a los que preparados no están.
Así, sin preparación pronto, el cielo de la gran ciudad se vuelve un infierno y el inframundo sube a ella.
Nómadas, bandidos, bárbaros y enemigos se aprovecharan por último, una gran revuelta y la ciudad morirá.
Sus calles y templos para la posteridad quedarán y aun después de la gran revuelta, después, la gente se asombrara y dirá —en verdad que los dioses vivieron aquí—.
Recopilación 2:
He aquí que los dioses me dieron la oportunidad de contemplar el futuro, por lo que a continuación les contaré lo que he visto[…]
[…]muchos años pasarán por estas tierras antes de que exista la civilización y aparezca de improviso El Primer Imperio…
Al principio los hombres solo serán cazadores y recolectores, después se volverán sedentarios y agricultores y empezarán a cultivar la tierra[...]
Los hombres se vuelven cultos e inteligentes, y al transformarse, en verdaderos próceres, construirán una gran ciudad.
Dominan las ciencias y las artes, la astronomía, y la navegación, dando reconocimiento al Sol y a la Luna. Su ciudad será la mas poderosa del mundo y dominará absolutamente todo, de Sur a Norte y de Oriente a Occidente…
Obtienen el conocimiento de volar. Así es como los hombres se vuelven dioses. Pero del otro lado del mundo una lejana nación vendrá con intenciones maléficas, más allá de las aguas vienen a buscar pelea, y como sucede a menudo en toda clase de enfrentamientos, ambos bandos quedarán devastados. No habrá un ganador ni un vencido, pero el enemigo y su pueblo serán aniquilados y jamás volverán. Y de haberlo habido esa sería la magnífica, bella, e inconmensurable, Ciudad de los dioses…
Ya cansados de pelear los hombres-dioses deciden marcharse a las estrellas, dejando atrás la miseria de sus excentricidades…
Entonces la ciudad se vuelve un infierno, y nómadas, bandidos, y rivales, abren las puertas del inframundo, y de esta forma perece. Sus calles y templos quedarán desiertos, y mucho tiempo después aun la gente comenta “En verdad fue en este sitio donde vivieron los dioses”…
Algunos años pasarán antes de que el orden se restablezca, y así surgirá intempestivamente el Segundo Imperio.
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